Cuando era estudiante de teología, solía aceptar invitaciones para dar charlas sobre “¿Cómo lograr noviazgo de éxito?”, “¿Cómo tener un matrimonio feliz?”, “¿Cómo tener hijos de éxito?”, etc. Tenía un “repertorio” interesante de temas y conferencias, y considero que me iba bien como expositor. Tenía cierta “demanda” de invitaciones.
No obstante, cuando me casé, y luego fui padre de familia, las cosas empezaron a cambiar… y uno de esos días en que uno reflexiona sobre la vida, caí en cuentas que la teoría dista mucho de la práctica. Los libros y charlas sirven y ayudan en mucho, pero la vida real es tan diferente muchas veces. La vida matrimonial es toda una aventura, una larga caminata de muchos días… una escuela interminable en donde no nos graduamos en uno o dos años. Los hijos son todo un mundo hermoso, y cada día aprendes sobre la vida y demás…
Hace algunos años que trato de evitar las invitaciones para dar charlas sobre matrimonio feliz e hijos exitosos, etc. Quizás estarás pensando en que mi vida matrimonial o paternal es un desastre, jejeje… Gracias a Dios, no. Sin embargo, cada día siento que no sé nada. Siempre hay algo por mejorar. Siento que la caminata aún es larga, y los “cursos” en la escuela del matrimonio no se acaban… seguimos estudiando y practicando. No me siento “graduado para enseñar” porque estamos en carrera aún. Seguimos aprendiendo.
Hoy cumplo 15 años de casado. Pareciera que fue ayer, pero no… ¡han pasado 15 años! Empero, cuando veo matrimonios de 30 o más años, siento que es poco lo que he vivido aún. ¡Hay tanto por vivir y aprender! 15 años de aventuras, de alegrías, lágrimas, días soleados y nublados, días donde comimos en restaurantes hermosos y días en que “rascamos la olla” para comer un “atún”…. Cenamos algunas veces en bufets, pero también hemos cenado en los “agachados”. Te amo mi Charly.
¿Qué cosas no hemos pasado juntos? Hemos viajado en avión, y en lomo de mula. Hemos viajado en moto, y a pie. Aún recuerdo los viajes allá en la linda tierra de Tocache, en la oscuridad de la carrera Belaunde Terry. Hemos vacacionado en lindos lugares, y también hemos vacacionado en la casa de mis suegros… o simplemente en casa, yendo a los parques de la ciudad… Pero siempre, siempre juntos en todo tiempo.
Dicen que 15 años son bodas de Cristal porque en todos estos años nos conocemos más y lo nuestro es más transparente, como el cristal. Sin embargo, creo que 15 años es como el cristal porque, aunque es “transparente”, también es “delicado”, “frágil”. No lo hemos alcanzado todo, aún necesitamos ser cuidadosos. Necesitamos cuidar nuestro matrimonio más que nunca, porque no es delicado y frágil como el cristal. Aún se puede romper.
Soy consciente de que hemos llegado hasta aquí, te reconozco y valoro porque fuiste más fuerte de lo que tus fuerzas aparentan. Siempre valiente, y como el otro día un pastor te dijo: “tú eres la más guerrera….”. Y yo soy lo que soy, en gran parte por ti. Y sí, claro está, que lo bueno. Gracias por tu dedicación al 100% a la familia. Has sacrificado mucho por la familia. Fue tu decisión dejar de trabajar en tu profesión todos estos 13 años prácticamente, porque querías que nuestros hijos crezcan contigo, en los caminos del Señor. Y aunque muchas veces fue difícil postergar tu “crecimiento profesional”, hoy veo con alegría los frutos de esa linda y sacrificada decisión en Génesis y Ariel. Hiciste lo mejor siempre.
Amada Charly, seguimos en carrera. Alabo a Dios por nuestro matrimonio. Dios nos ha bendecido en gran manera. Oro a Dios de todo corazón para que nos una más, y nos ayude ser los esposos y padres que Él espera para nosotros. Cada día a los pies de Jesús. Gracias por tanto. Feliz aniversario.
Te amo,
Tu Lleyller.