¿Es posible ser un hombre o mujer de éxito a pesar de no ser fiel a Dios? ¿Es posible lograr metas grandes sin hacer la voluntad de Dios? ¿Cómo entender el éxito que algunos gozan a pesar de hacer las cosas lejos de la voluntad de Dios? En estos último días llegué a entender una triste realidad. Confieso que por varios días me afectó a más porque en mi mente minúscula hay sin duda, cosas difíciles de entender en su plenitud.
Casi todos admiran los resultados de su trabajo. Ya quisieran ser como él. Su capacidad creativa y cualidades fuera de lo regular lo han hecho merecedor de muchos títulos realmente extraordinarios. Y sí, creo que son reflejos solamente de lo que realmente muestra su trabajo. El éxito lo acompaña en cada proyecto, en cada actividad, en cada obra que realiza. Es un hombre de resultados. No hay pierde con él, si le das "cinco talentos" de seguro, con creces, los convertirá en "doce talentos", y es que es sin duda un "HOMBRE DE DIOS", el éxito lo acompaña, y por supuesto, nadie duda de que Dios también. Ya que el éxito y los resultados POSITIVOS son parte de su ministerio, de su trabajo. ¿Alguien podría dudar de que Dios no lo dirige y acompaña? No, y si dices lo contrario, estarías cayendo en la contradicción más grande. Dios es sinónimo de éxito, y si tengo éxito, Dios está conmigo. Así de sencillo.
Casi todos los que lo admiramos, y ya quisiéramos ser como él es, no sabemos en realidad más allá de los resultados de su trabajo. Casi todos los que le hemos dado títulos extraordinarios somos simplemente observadores lejanos desde la tribuna. No le conocemos como lo conocen los que viven más cercanos a él, su familia, su esposa y sus hijos. No le conocemos más que el que nos conoce a la perfección Jesús. A estas alturas mi querido lector estará esforzándose probablemente en identificar de quién estoy escribiendo... No te esfuerces demasiado. Solo te digo que de algún modo u otro, en algún aspecto u otro, cada uno de nosotros en menor o mayor grado, siempre tendremos algo de este afamado obrero de mi imaginación.
¿No han sentido en algún momento que obtenemos éxito a pesar de no haber hecho las cosas bien? ¿No fueron muchas veces felicitados y hasta premiados por resultados que parecían blancos cuando en realidad eran grises? ¿No han sentido en ocasiones que Dios los bendice a pesar de...? Y sabes, si reconoces que en algún momento fue así, creo que ya somos varios. No uno, ni dos... ni tres...
En la Biblia encontramos varios ejemplos de ello. Encontramos cómo es que Dios RESPALDA a pesar de que no sus siervos no hicieron las cosas bien. Cuando Dios respalda no siempre indica que lo aprueba. El hecho de que Dios RESPALDE a su siervos, no quiere decir que Dios esté agradado de ello. El hecho de que Dios respalde tu ministerio, no quiere decir que le agrade tu ministerio, tu labor.
¿Respaldado o aprobado?
¿Un ejemplo? Saúl. Si Dios hubiera querido, en un dos por tres Saúl hubiera dejado de ser rey de Israel, pero tuvieron que pasar años para que esto sea así. ¿Por qué? Simple, porque este tiempo de respaldo era únicamente un tiempo de gracia para que Saúl recapacite, entienda que era rey no porque estaba agradando a Dios, no porque era aprobado por Dios sino porque Dios le estaba extendiendo una oportunidad, un tiempo de gracia... lo estaba respaldando. Todos nosotros sabemos lo que aconteció con él al final. No es porque Dios es permisible sino porque su misericordia es muy grande. Es bueno.
Ante las preguntas iniciales ¿es posible alcanzar éxito a pesar de no hacer las cosas bien? la respuesta es SÍ. La razón es sencilla, Dios es muy bueno, su amor sobrepasa todo entendimiento, toda lógica. Pero, ¿qué es lo que motiva a este aficionado escritor a plasmar esta reflexión del alma? Simple, no deseo que Dios respalde mi ministerio, sino que Dios se agrade. Quiero en el nombre de Jesús caminar cada día con Él como pastor... que pueda yo reflejar en mi ministerio su amor, su luz... quiero hacer las cosas bien, quiero agradarle.
¡Quiero ser un pastor aprobado!
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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