lunes, 17 de noviembre de 2014

Pecador con esperanza


Todos los días estudias la Biblia, o la menos haces lo posible de leer aunque sea el capítulo del proyecto Reavivados por su Palabra, o la matutina quizás en el bus mientras vas al trabajo o al estudio. Oras, no como quisieras o te gustaría, pero al fin y al cabo oras... Intentas ser un hijo de Dios... Sales de casa o inicias el día con un pensamiento: "Quiero caminar contigo Señor". Sin embargo, en cuando inicias tu caminar diario... te encuentras con un sin número de "piedras" que son como "barreras" contrarias a tu decisión tomada: "Quiero caminar contigo Señor". Las música, el sexo, la comida, el internet, la TV, etc... ¿Qué podemos hacer para que nuestra decisión no sea solo producto de minutos?

En este afán y preocupación no poco serio por supuesto, muchos me han dicho como Pepe: "Pastor, yo quiero ser fiel, pero en cuanto salgo a la calle las tentaciones son tan, pero tan grandes que sencillamente muchas veces me olvido de lo que prometí y decidí en mi culto personal con Cristo". Algunos incluso como Ricardo me han dicho: "Me gustaría ir a un lugar donde no haya gente, bullicio ni contaminación para poder estar cerca de Dios, bien cerquita en medio de la naturaleza porque en este mundo corrupto y violento siento que no puedo encontrar la comunión que quisiera con Dios." ¿No has pensado en algún momento lo mismo? Sin embargo, ¿es esa la solución contras las tentaciones? ¿Vivir como anacoretas lejos de la civilización y de la gente pecadora? ¿Vivir alejados de las tentaciones que nos quieren desgraciar la vida?

¿Imagina ir a un lugar lejos de la "gente pecadora"? ¿Serías menos pecador de lo que ahora eres? ¿Crees que aislarte del mundo real y pecador te hará menos pecador o una persona sin pecado? El pecado queridos amigos no es la acción. El pecado es una condición, es nuestra naturaleza. Nuestra vida y ser tiene una inclinación natural por lo malo, lo erróneo. No soy pecador porque hago cosas malas, sino porque así nací desde el vientre de mi madre. Soy pecador porque esa es mi naturaleza. Entonces, peco porque soy pecador y soy pecador porque esa es mi condición, mi naturaleza...

Entonces de nada me servirá ingresar a una cápsula. Una recámara donde solo tenga mi Biblia, mi himnario, mi lección de escuela sabática y libros del Espíritu de Profecía y música del himnario adventista... sin ruido mundano, sin gente pecadora al rededor. Una lugar, una burbuja donde solo esté yo y mis ganas de no pecar en comunión al 101% con Dios. Si ese día no cometo error alguno, aún así seguiré siendo pecador... porque no es pecador quien peca sino quien nace al mundo pecador.

Por eso Pablo dice que no entiende su situación, pues el mal que no quiere hacer, eso hace; y el bien que quiere hacer no lo hace. En su vida no mora el bien. ¿Quién le librará de éste cuerpo de muerte? (Rom. 7) Solo Cristo Jesús tiene el poder sobre la muerte. Solo él venció el pecado. Cuando Jesús venga vestirá nuestras vidas corruptas en incorruptibilidad (1 Cor. 15:54). Jesús viene a limpiar nuestras vidas de pecado, no de las acciones sino de nuestra naturaleza pecaminosa.

Yo espero ese día. Mientras esté en éste mundo real, debo tratar de vencer como Cristo todas las tentaciones pero el pecado lo vence Jesús. Dios no quiere que me conforme con esta vida, no quiere que me deleite en el pecado, sino que aborresca el pecado, viva en Cristo cada día, esperando ese día grandioso cuando Él culmine su obra en mí (Fil. 1:6). El pecado lo vence Jesús. Alabado sea Dios.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví



miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿Soberbia espiritual?


En mi época de estudiante en la facultad de teología de la universidad adventista de mi país, uno de los cursos que me marcó fue Homilética, el arte de predicar. Mi profesor era el Pr. Miguel Salomón y entre varias lecciones llegó el día de la práctica. Las prácticas eran muy interesantes. Cada alumno debía preparar un sermón para presentarlo frente a sus compañeros de clase por espacio de doce minutos. Después de la presentación los compañeros debían destacar puntos positivos y negativos respecto al sermón predicado. ¡Qué nervios!

Los primeros en predicar siempre eran los alumnos de apellidos A, B, C... de Cordero, o sea yo, Heyssen J. Cordero Maraví. Debo reconocer que mis compañeros fueron muy flexibles con los primeros predicadores. Yo prediqué un sermón titulado: ¡Oportunidades! sobre Esaú y su primogenitura. No osbtante, conforme pasaba el tiempo, los críticos se volvieron más duros. Había un compañero que contaba hasta las muletillas: "El predicador dijo 34 veces "¿entienden?", 15 veces "¿No es cierto?, 21 veces "Después", 17 veces "Pero sin embargo", otro criticaba la sonrisa del predicador: "El predicador tiene un sonrisa muy fingida, me parece que exagera...", algunos felicitaban solo la bonita corbata: "Lo que me gustó del predicador es su corbata, combina con su terno". Era un lugar de críticas extremas y curiosas.

Parte del curso también era observar sermones y predicaciones de otros predicadores. El profesor decía: "A partir de ahora ustedes cada vez que escuchen una predicación deben saber qué tipo de sermón es, cómo está estructurado su bosquejo, si es temático, expositivo, qué tipo de llamado aplica... etc.". Y así fue. Todas las veces que escuchaba predicar a alguien me concentraba en el sermón, en los movimientos del predicador, su oratoria, etc... y menos en el mensaje. Y así por buen tiempo difícilmente sacaba lecciones para mi vida sino lecciones para mi profesión, predicador. Es más, ¿pueden creer que le encontré fallas de estructura hasta a los sermones del Pr. Alejandro Bullón? Realmente yo estaba muy loco, muy mal. 

Ya de pastor empecé a empeorar. Lo mismo sucedía al leer la Biblia, cada vez que lo hacía, me decía: "¡Qué buena lección! es un buen tema para predicarlo a los hermanos...", como predicaba todos los sábados... y no escuchaba sermones de otros predicadores sentía que los sermones no son para mí, sino para otros. Mi lucha jamás fue el no estudiar mi Biblia, lo hacía todos los días (hasta hoy gracias a Dios), mi lucha consistía en que era una rutina a secas. No impactaba mi vida, la Palabra de Dios debía impactar la vida de mis hermanos, ¿y la mía? No, la mía no porque yo era pastor supuestamente.  Yo era un soberbio con letras mayúculas: SOBERBIO. ¿Quién es un soberbio? "Persona que se cree superior a los que le rodean por su posición social o económica o por alguna cualidad especial y que lo demuestra con un trato distante o despreciativo hacia los demás". ¿Un pastor soberbio? Sí. Uno bien soberbio.

En mi segundo año de ministerio, en la selva oriental del Perú, Tocache, regresaba de Balsayacu a casa en mi motocicleta a eso de las 19:00 horas y entré a casa del hermano José Huamán de Pólvora a entregar un encargo. Al entrar a su casa junto a su esposa estaban llorando. Al verme me abrazaron y me preguntaron diciendo: "Hermano pastor, ¿los pastores también se desaniman? ¿los pastores también se ponen tristes?". Ese día yo estaba tan desanimado y triste porque regresaba de una iglesia que no respondían a los llamados del pastor, no trabajaban, estaban siempre peleando entre ellos, y cuando llegaba a sus casas estaban tan ocupados que no podían atenderme.

Les miré y les dije que sí. Hoy mismo estaba triste. Y la hermana con voz quebrada dijo: "¿Y la Biblia que usted lee también es igual que la mía? ¿Por qué siento que mi Biblia impacta mi vida al leerla? pastor, préstame su Biblia, porque siento que mi Biblia no me habla...". Lo que me dijo la esposa de José era extraño... Le respondí que no era necesario, la Biblia es una sola. La Biblia tiene poder pero va a depender de nosotros al leerla, debemos ir a la Biblia con oración, esperando a que Dios nos hable a través de las líneas. Con la oración nosotros le hablamos a Dios y con la Biblia Dios nos habla a nosotros. La hermana se emocionó. Oramos junto a su esposo. Fue lindo.

Al regresar a casa en el camino pensaba en mi respuesta. Pensaba en lo que le dije a José y a su esposa... y me pregunté: "La Biblia ¿impactaba mi vida?". Hace cuánto tiempo que Dios no me habló directamente a través de su Palabra. Yo estudiaba la Biblia, la leía todos los días, preparaba sermones con ella, pero jamás para mí, siempre era para mis hermanos. Y esa afán bueno, yo no era bendecido por el poder transformador de la Biblia, la Palabra de Dios.

¿Pastor soberbio? Sí. Soberbio porque sentía que la Biblia estaba escrita para todos, menos para mí. No lo dije jamás, pero con mis actitudes demostraba eso. Dios podía hablarle a todos menos a mí. Desde aquél día allí en medio de la carretera Fernando Belaunde Terry, en la noche solitaria, decidí que todo lo que leería en la Biblia sería primero para mí, después de ser trasnformado yo, debía transformar a la iglesia a través de la Palabra de Dios.

Jeremías dice: "Así ha dicho Jehová: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia de Jerusalén" (13:9). Y verso 10 describe porqué son soberbios: (1) No escuchan la Palabra de Dios, y (2) Siguen las imaginaciones de su corazón. Esa es la soberbia. No es que no lea la Biblia, si la leemos, pero no la escuchamos, no la aceptamos para nosotros mismos... y cuando eso no ocurre, "seguiremos las imaginaciones de nuestros corazones". 

Quiero escuchar, todos los días Tu voz, Oh Dios, a través de tu Palabra hablándome a mí...

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

miércoles, 27 de agosto de 2014

Mi héroe...


Siempre me he preguntado ¿por qué la Biblia dice que debemos ser como niños si queremos entrar al reino de los cielos? (Mt. 18:3). Tengo dos hijos pequeños y veo que son niños pero ya tienen conductas egoístas y otras que jamás hice esfuerzo alguno de que aprendieran o las enseñé. Es más, hay cosas que trato de enseñarles y debemos trabajar mucho para que las aprendan. Yo no enseñé a ser egoístas, pero a veces muestran esa actitud. En fin, muchas personas dicen que los niños y ebrios no mienten. No sé porqué lo dicen, pero yo conozco a niños (es más lo digo más por mí) que fueron muy, pero muy mentirosos y ebrios o "borrachos" que cuando están bajo el efecto del alcohol son súper mentirosos.

En mi generación hubieron dibujos animados que marcaron historia. Los Súper Campeones, Caballeros del Zoodiaco y Dragon Ball. Mi mamá siempre me dijo que debía creer en los signos del zoodiaco, así que creo que fue por eso que jamás me interesó esa serie. Aunque en mi salón de clase todos hablaban de esa serie, no me gustaba. 

Hace algunos días, buscando algunos videos sobre liderazgo en Youtube, me encontré con un video que Los Súper Campeones. Y recordé que en mi niñez hacía locuras por ver ese progarma. Me escapaba del colegio en los recreos porque justamente a esa hora era el canal 4 transmitía la serie. Oliver Atom era mi ídolo, ya quería jugar como él y hacer un "tiro con chanfle" y una "combinación dorada" con Tom Misaki para anotar en la portería de Benji Price o de Richard Tex Tex. Y cómo no ganarle a todos los retos de Steve Hyuga o los hermanos Koriotos... Y bueno, también quería decir a todos que el "Balón era mi amigo". ¿Loco no?

Otra serie animada que me apasionó fue Dragon Ball Z, desde cuando Gokú pelea con su hermano sayajín Raditz y muere. Gokú era mi ídolo. Cuando tenía catorce años vinieron a mi colegio unos evangélicos y dieron un seminario sobre dibujos animados diabólicos diciendo que esa serie era diabólica. Me molesté mucho. Sali del auditorio furioso. Yo no quería creerlo, sabía que sí, era espiritista, pero como yo no me interesaba en las cosas de Dios (no era adventista en ese tiempo. Lo fui a los 18 años) me daba igual. Hice más locuras por ver esa serie animada que daba a los 10 de la mañana de lunes a viernes por el canal 4. En el barrio donde vivía no había energía eléctrica por lo que tenía que ir a la casa de mi mejor amigo a pie unas veinte cuadras. Lo mismo sucedía para ver la serie Drago Ball. Tenía que mentir a mis padres y decirles que tenía tareas, que debía ir a la Biblioteca, y así un sin fin de mentiras hasta que fui descubierto. Y como se imaginarán, pague las consecuencias. Sin propina, barrer la casa, el patio, bañar a los perros, etc., pero eso pasaba, lo que fue más terrible era que ahora sí, no podía ver la serie. No vi el final de la pelea con Freezer. Me dio una pena cuando Gokú sacrificó su vida en vano para derrotar a Cell. Bueno, jamás vi la serie de corrido. 

Oliver Atom y Gokú jamás existieron, no existen ni existirán (aunque les confieso que en viaje misionero a una comunidad de Pucallpa me encontré con un niño de nombre Gokú Vegueta), sabía que eran personajes ficticios pero los consideraba como mis ídolos por muchos años.

Sin embargo, desde que nací yo siempre fui fans de mi padre, Julio Cordero, creo que todos los niños en algún momento. Para mí, mi padre era el más fuerte del mundo, el más inteligente y el mejor de los mejores en todo. Todo lo que mi padre hacía era lo mejor. Cuando un niño de más edad me molestaba, yo le decía: "le voy a decir a mi papá...". Confiaba en el cuidado de mi padre, no había porqué tener miedo si mi padre estaba a mi lado. Cuántas veces fui a la cama de mis padres en las noches de lluvias fuertes y truenos y me dormía entre ellos seguro de que nada malo sucedería. Cuando él jugaba fútbol, era el mejor goleador del mundo. Pero con el pasar de los años comprendería que mi padre era un hombre normal, que me amaba, me protegía, pero habían cosas que él jamás podría hacer aunque quisiera hacerlas. Mi padre, era un héroe limitado, un hombre imperfecto, simple, un hombre nada menos y nada más.

Sabía que todos los ídolos y héroes eran nada, Gokú y Oliver Atom era falsos, siempre lo fueron y yo lo sabía, pero me gustaba ver la serie. Mi padre, mi gran ídolo, con todos sus ganas y amor era un simple mortal, bueno pero imperfecto. Fue así que ingresé a beber aguas hinduístas a creer en la reencarnación y si acaso era falso, creía y soñaba con una sociedad común, una sociedad de igualdad. Admiré la obra de el Ernesto "Che" Guevara entre otros. Leí de todo. Sumergido en esas aguas, le agarré pánico a la Biblia. Mi madre siempre me enseñó de la Biblia, no fuimos religiosos ni practicantes, pero siempre supe de un Dios que nos ama y nos llama. Rechazaba a Dios a toda costa, sabiendo que todo lo que leía y buscaba en las religioses dhármicas era simplemente un escape tonto de la vida imperfecta. Le tenía un terror a la Biblia hasta que un día la leí contra todo pronóstico. Ese día descubrí a un héroe, descubrí a Jesús...

¿Por qué la Biblia dice que debemos ser como niños si queremos entrar al reino de los cielos? Creo que es porque los niños confían en sus padres a ciegas. Sus padres son sus héroes. Sienten seguridad y tranquilidad cuando hay peligro si sus padres están a su lado. Jesús, Dios quiere que yo sea como niño, desea que yo confíe, en Él como un niño lo hace con su padre. Esa es la fe. La confianza en Dios como un niño lo hace en su padre.

Mi padre, mi héroe, mi todo es Cristo. Gracias le doy todos los días por que siempre me buscó y porque permitió que yo le acepte. Quiero confiar todos los día en Cristo, tomarme de sus brazos y no soltarme jamás, jamás... jamás.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

jueves, 7 de agosto de 2014

¿Vivir para la obra de Dios o Vivir de la obra de Dios?


Marcos Blanco, pastor y teólogo adventista en su artículo titulado Atrapado entre dos mundos, destaca las dos perspectivas que se pueden observar en la Biblia respecto a las posesiones materiales. Por un lado, en el Antiguo Testamento, el pueblo de Dios es siempre prosperado en gran manera, grandes extensiones de tierras fértiles y cantidades de ganado, así como esclavos y riquezas metálicas. Por otro lado sin embargo, en el Nuevo Testamento, se puede ver que los cristianos son austeros y desprendidos. Por ejemplo Juan el Bautista y el mismo Jesús que no tenía ni dónde recostar la cabeza. También podríamos poner como ejemplo de desprendimiento a Pablo que no vivía de los diezmos (aunque apoyaba a vivir así por que creía y enseñaba que era lo justo para los obreros) sino que trabajaba haciendo tiendas o carpas para poder costear sus gastos y apoyar con sus recursos el avance de la obra de Dios. Según Marcos Blanco, la diferencia entre las dos perspectivas en cuanto a las posesiones materiales está en que el cumplimiento de la misión entre ambos periodos era también diferente. En el Antiguo Testamento la misión era centrípeta, en la que debía atraer al mundo conocido de aquellos tiempos a través de las bendiciones. En el Nuevo Testamento en cambio, la misión era centrífuga en la que los cristianos debían salir a buscar y salvar o pregonar. Y fue así.

Los tiempos actuales son diferentes al Antiguo y Nuevo Testamento, y eso nos invita a reflexionar en la siguiente pregunta: ¿Desde qué perspectiva desea Dios que vea las cosas materiales un joven misionero o pastor? Un viejo pastor jubilado me dijo en alguna vez: "Solo hay dos caminos para un misionero: (1) Vivir para la obra de Dios o (2) Vivir de la obra de Dios. Así de sencillito". Hoy, con algunos años en la obra de Dios veo claramente a lo que se refería. Hace algunos días leímos Ezequiel 34 y la verdad sentí que en muchas oportunidades no he acuado diferente a los pastores de israel. Me apena reconocerlo por supuesto, pero creo sinceramente que no es solo mi caso. Hoy mientras leía la Biblia, recordaba con una  enorme sonrisa dibujada en mi rostro y propundos suspiros de vez en cuando, mis primeros días como pastor distrital en la selva oriental del Perú, Tocache. ¡Tiempos aquellos! En casi dos años de trabajo jamás vi un sueldo completo. No estoy exagerando ni intento sorprender a nadie. En cierta oportunidad por ejemplo nos llegaron los libros misioneros "Señales de Esperanza" que en soles llegaban cerca a los diez mil. Las iglesias recibieron los libros con tanta alegría pues era de autoría de un pastor muy famoso y querido, pero demoraron meses y en algunos casos más de un año en cancelar el costo de libros misioneros. Sí que era una aventura. Del mismo modo, con frecuencia había planes misioneros o de construcción de templos donde el pastor distrito debía encabezar los pactos, "ojo al guía decían los hermanos...". Y así era. En esos dos años vivimos días felices junto a mi esposa. Iglesias que necesitaban materiales evangelísticos pero que no podían pagarlos, mi esposa siempre decía: "amor, que eso sea tu ofrenda de amor o donación". Nuestra felicidad era ver crecer espiritualmente a la iglesia, que los hermanos trabajen y que la obra avance. ¿Sueldo? Todo para la causa de Dios. Jamás creí tener un auto en esos años. Era algo imposible y no era una necesidad. La moto, esa sí era una necesidad. Debía estar lista y afinada siempre para servir a la iglesia.

De seguro muchos misioneros pasaron cosas más emocionantes y admirables que nosotros. Cuando leo las historias de los pioneros de la iglesia mundial, de Sudamérica y del Perú simplemente  a veces no puedo creerlo. ¿Trabajar meses y años para pagarte los pasajes para ir a un lugar donde nadie da ni un centavo? Fernando Stahl y su esposa lo hicieron, solo para mencionar un ejemplo. Sin duda ellos vivieron para la obra de Dios. Cuando llegué a la ciudad de Pucallpa y conocí algunas cosas que no conocía antes en la iglesia, comencé a ver de otro modo. Y por un buen tiempo comencé a pensar en un auto, ¿lo necesitaba? No lo sé, creo que era más la presión de los demás que decían: "Heyssen, compra tu carro aprovechando que eres joven y no tienes gastos..." o porque muchos de mis amigos que trabajaban en la ciudad ya tenían auto cero kilómetros y yo solo una moto vieja. Aún recuerdo que alguien me dijo de manera despectiva: "No tienes carro porque no sabes administrar bien tus recursos. Debes ahorrar. ¿Ya tienes trabajando cuatro años y no tienes ahorrado ni $. 5000.00 dólares?". Me dolió en el alma. Él no sabía que en dos años no había podido ni comprarme ni una buena cama donde dormir junto a mi esposa. Él era un financiero, jamás fue pastor distrital entre hermanos sencillos y con necesidades económicas. Muchos hermanos que no tenía dinero en el bolsillo por meses, y que debían trabajar todo el día para ganar S/. 10.00 nuevos soles. Eso sí, eran fieles y llenos de amor.

Juan Bautista, Jesús, Pablo, y otros más simplemente son el modelo más dulce y noble de misioneros. Jesús dijo que el obrero es digno de su salario, pero jamás dijo que el obrero debe vivir pensando en su salario. En la mañana visité a algunos hermanos y entre ellos a una familia que vende helados, pero tristemente están en su peor temporada del año, pues en Lima es invierno. ¿Qué hacen ahora hermanos? - les pregunté. Ellos con amplias sonrisas me dijeron: "Ahora vivimos de nuestros ahorros, vendemos chocolate caliente con empanadas de papa. Vivimos por fe. Y nos dedicamos a predicar más porque tenemos más tiempo". Los abracé con fuerza y les dije que oren por mí pues yo también necesito recordar lo que es vivir por fe. El hermano oró: "Señor, te pido por mi pastor, te pido de todo corazón que aumentes su fe. Le hagas recordar qué es vivir por fe...". 

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

lunes, 28 de julio de 2014

Ctrl C - Ctrl V: ¿Plagio pastoral?


Hace algunas semanas leí un artículo: "Plagio académico. La generación del copia y pega" por Miguel Ángel Núñez, escritor y téologo chileno, quien describe de manera interesante una triste realidad entre los estudiantes de hoy. El robo de ideas o de pensamiento como un peligro que es más que copiar y pegar, sino que también implica el estancamiento de investigar. Sin duda el internet ha facilitado el proceso del plagio a un solo clik. Este asunto es serio y preocupante por supuesto, y merece nuestra atención.

Me pregunto si existirá plagio dentro del círculo pastoral. Escuchar un sermón de otro colega, ver un sermón en youtube o leer algún sermonero y presentarlo en un púlpito como si fuera yo el autor, eso es plagio. 

Aún recuerdo las clases de homilética en mi época de estudiante en la facultad de teología. Recuerdo que en el último tramo del curso teníamos que presentar un sermón frente a nuestros compañeros. Allí descubrí que muchos predicaban como el famoso evangelista peruano Pr. Alejandro Bullón. Su estilo, sus frases conocidas como: "Oh querido, tú eres la cosa más linda que Dios tiene en éste mundo" o "Puedes correr la vida toda...". En fin. Muchos compañeros repetían con puntos y comas los sermones archimegaconocidos del pastor Bullón.

No está mal predicar un sermón de algún predicador. El problema está en no darle el crédito. Podríamos decir por ejemplo: "El mensaje que presentaré es una adaptación  del pastor..." o "El seminario que presentaremos fue preparado por el pastor...", etc. Lo correcto es darle el crédito a aquél que ha hecho un esfuerzo de estudiar, investigar, recopilar, analizar... y por supuesto todo eso es trabajo. No lo hizo de la noche a la mañana o en un abrir y cerrar de ojos. Yo mismo en muchas ocasiones he predicado o expuesto sermones y temas que no fueron míos, pero siempre con honestidad he dejado en claro quiénes son los autores. Eso habla bien de uno. En cierta oportunidad me dijeron al finalizar el sermón: "Pastor, ese sermón lo escuché del pastor... justamente como usted mencionó". ¿Qué hubiera pensado el hermano si yo no hubiera mencionado que yo no era el autor sino el pastor...? De allí la importancia de ser honestos.

Un hecho común de plagio en la actualidad es postear a través de las redes sociales de Twitter y Facebook por ejemplo, una declaración que le pertenece a otra persona como si fuera nuestra. El plagio es un robo en definitiva. Plagio es como bien dice Miguel Ángel Núñez: "Copiar, pegar y presentar un trabajo como si fuera propio, cuando lo único que se ha hecho es hacer el mínimo de esfuerzo, crea condiciones éticas para que se produzcan otros problemas aún más complejos".

En alguna oportunidad me preguntaron si tenía un artículo sobre un tema en particular y si lo podía dar para que sea publicado en una revista denominacional. Les dije que sí, solo con una condición: Que respeten los derechos de autor. Me aseguraron que así sería. Después de algunos meses me di con la sorpresa de que el artículo fue publicado, no obstante, tenía como autor a aquél que me aseguró que el artículo tendría mi nombre y apellido como autor.

Hace algunos días, en casa, le mostraba a un amigo todos los artículos que había escrito y que habían sido publicados en revistas denominacionales, universitarias, así como manuales, sermoneros y en uno de ellos se percató que había uno que no tenía mi nombre como autor. Me dijo: "¿Y éste?". Le respondí: "Ese lo escribí pero no pusieron mi nombre... mi esposa, Dios y el dueño de aquél nombre que aparece allí saben que yo soy el autor. Eso me basta y sobra". Me dijo que debí sertirme mal. La verdad sí. Aquél día me sentí mal, pero gracias a las palabras de mi esposa me sentí feliz. Mi esposa me dijo que lo importante es que yo lo escribí y eso indica que lo que tienes que seguir escribiendo.

Hace algunos días me llamó la atención una reflexión vía Twitter interesante por su título. Hice click en el enlace y me direccionó a un blog de un conocido pastor que por cierto lo he visto predicar muchas veces. Al leer la reflexión me di cuenta que era muy buena. Al finalizar llevaba su nombre como autor. Sin embargo, habían construcciones literarias que no parecían ser de su autoría. Así que copié y pegué en Google el título para buscar y para mi sorpresa, el título, así como el contenido pertenecían a otro autor más famoso que él por cierto. Me dio pena esa actitud. Ahora en Google lo puedes encontrar todo y con facilidad puedes descubrir plagios. ¡Cuidado! El plagio es pecado, no habla bien de uno. El plagio es el robo de pensamientos.

Eso me recuerda lo que pasó hace algunos meses cuando fui invitado a dar una charla sobre Grupos Pequeños en un encuentro de líderes de un distrito misionero. Mientras esperaba mi turno para la exposición, escuchaba a otro orador que tristemente presentaba un seminario que yo mismo lo había elaborado hace un año y que lo colgué en slideshare.net. Triste no porque lo presentara, eso me hace sentir feliz y para eso lo cuelgo en internet, lo que me incomodó y causó mi tristesa es que tenía en todas las presentaciones escrito su nombre y apellidos.

¿Quién no recuerda al famoso escritor peruano Alfredo Bryce Echenique acusado 32 veces por plagio? Tampoco podemos olvidar a Guillermo Giacosa columnista peruano de un prestigioso diario. El plagio por ser un robo literario tiene "patas cortas" y por supuesto es pecado y necesita perdón de Dios. Seamos honestos. No robemos. Es posible que alguno al leer ésta reflexión crea que es producto de venganza. No lo es, ya lo dejé en las manos de Dios.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví


jueves, 26 de junio de 2014

Mejor Chile que España...: Reflexiones sobre liderazgo pastoral

Después de ver cómo fue eliminado la selección española, uno de los favoritos para ganar la copa en el mundial Brasil 2014, y ver cómo juegan la selección de Chile y Colombia, como no pocos, no puede dejar de reflexionar. ¿Cómo una selección que ganó dos copas europeas y un mundial pudo caer en primera ronda de manera increíble? ¿Por qué Chile y Colombia tienen un juego más ágil y agresivo?

Hace un mes fui invitado a dar una charla a los alumnos del cuarto año de teología de la Universidad Peruana Unión. En aquella oportunidad vi, mucha emoción de parte de los alumnos, como diciendo: "ya quiero ser pastor" por todo lo que les contaba (que por cierto no eran "cuentos") respecto a la obra pastoral desde un punto de vista bíblico y del espíritu de profecía, con énfasis en el entrenamiento y movilización de la iglesia teniendo a los grupos pequeños como base que sostiene una estructura de pastoreo en todos los niveles (es mi pasión). Surgieron muchas preguntas que yo respondía una a una. Me di cuenta que como dijera Rubén Jaimes, un amigo pastor: "Algunas veces los pastores queremos empatar cuando la iglesia quiere ganar por goleada". No se equivoca sin duda. Los jóvenes que están a solo año y medio de terminar la facultad y que muchos de ellos pastorearán distritos, colegios, etc., tienen pasión por conocer cómo hacer las cosas bien.

El domingo último, fui invitado a dar seminarios acerca de las Escuelas de Líderes de Grupos Pequeños. Sinceramente es un tema que me apasiona. Hace seis años, desde que inicié mi ministerio trabajo en ese fin. Antes lo llamaba Escuela de Pastores de Grupos Pequeños (EPAGRUP) teniendo como base Mateo 9:35-38 y Jeremías 3:15. Las escuelas de líderes no son nuevas. Elena G. de White ya lo presenta como una necesidad en el libro Servicio Cristiano (el mejor libro de evangelismo que existe en mi opinión). Si uno busca información en la web sobre escuelas de líderes se encontrará que el mundo evangélico (una vez más para variar) nos lleva años luz respecto al particular (como es el caso de los grupos pequeños, para ellos grupos celulares). Aquél domingo mi seminarios fueron dirigidos a la iglesia en sí, a los mismos líderes de grupos pequeños de muchas iglesias de Lima metropolitana, y me di con la sorpresa de que la iglesia anhela una iglesia basada en grupos pequeños con énfasis en el entrenamiento y movilización  con una estructura de pastoreo sólido en todos los niveles. Ellos vibraron cuando les dije que Dios quiere (no es mi opinión) que todos seamos pastores, líderes y como dijo Pedro: "real sacerdocio". Que nos olvidemos de la iglesia clerigal que por años nos cuesta dejar. Una vez más: "Lla iglesia quiere ganar por goleada".

Volvamos a la selección española. Creo que fracasó por vivir de sus glorias, por creer que no necesitan de jugadres nuevos y jóvenes. Por creer que la experiencia es suficiente. Si nos fijamos bien casi el 80% de 23 jugadores jugaron el mundial pasado. La edad cuesta. En cambio, Chile y Colombia tienen un equipo muy joven. Sus estrellas son jóvenes que no pasan los 25 años. Las selecciones sudamericanas pensaron en el futuro. Formaron nuevos jugadores. 

Creo que la iglesia adventista se está pareciendo a la selección de España. Si éste sábado vas a la iglesia fíjate en quiénes son los líderes de tu iglesia. ¿Jóvenes o adultos sino adultos mayores? Es lamentable reconocerlo pero debemos hacerlo. Nuestras iglesias están lideradas por adultos y adultos mayores en su gran mayoría. Son pocas las iglesias que tienen líderes jóvenes. En las capacitaciones se puede notar ese detalle. ¿Estamos formando líderes en nuestras iglesias? ¿Quiénes serán los futuros ancianos y líderes de la iglesia de aquí en cinco años si Cristo no viene? ¿Tenemos la seguridad de que los jóvenes de hoy serán los líderes que conducirán a la iglesia? Es momento de parar y reflexionar. Es tiempo de reconocer que los jóvenes y niños necesitan más entrenamiento y atención. La iglesia adventista como tal lo tiene, pero necesitamos enfatizar ese asunto de manera seria. Que cada movimiento o actividad tenga objetivos claros: formar nuevos líderes.

Al finalizar mi seminario, una hermana que es médica me dijo: "Pastor, yo alabo a Dios por la visión que Dios ha puesto en los pastores ahora. Hace muchos años tengo claro éste detalle, pero he visto que muchos no. Creo que Dios dirige su iglesia."

Hace cinco años (con este seis) tengo escuelas de líderes, pero éste año, he decidido hacer algo más que eso en mi distrito, me propuese formar pastores voluntarios. Vengo entrenando de manera directa a dos jóvenes. Les digo que aprendan solo lo bueno. Oro todos los días por ellos. Veo los frutos. Dios bendiga a Salomón Guerra y Robinson Ríos. 

Salomón Guerra y Robinson Ríos, vienen siendo entrenados como futuros pastores

Dios conduce a su iglesia. Formemos líderes. Formemos pastores. Formemos sucesores. 


Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

lunes, 26 de mayo de 2014

El matrimonio, ¿una novela o película de terror?


Hace dos semanas celebramos la semana de la familia: "Familias Imperfectas". Y la verdad fue una bendición. Y es que incluso solo el título era muy llamativo. "Pastor, creo que se han equivocado, debió decir: FAMILIAS PERFECTAS...", me dijo un líder de Grupo Pequeño. En realidad el título FAMILIAS IMPERFECTAS indica mucha verdad. No hay nadie perfecto, y si no hay nadie perfecto, tampoco hay esposos perfectos, y si no hay esposos perfectos, tampoco hay familias perfectas. Entonces, las familias son imperfectas, ¿o no?

Sin embargo, la sociedad actual a través de los medios de comunicación masiva con novelas y películas quieren mostrar realidades falsas o al menos con mucha falsedad y poca verdad. Por ejemplo, las mujeres embarazadas, que de por sí es una etapa especial en la mujer, es presentado en las novelas como una etapa sin menores problemas y complicaciones. La mujer embarazada no tiene nauseas y vómitos, tampoco tienen dolores y amenazas de aborto, nada de nada. Solo se muestra a una mujer embarazada siempre hermosa y radiante. ¿Otro ejemplo? Se conocen, se enamoran, y claro hay un malvado o una malvada que no quiere que sean felices, pasan por momentos difíciles pero finalmente se casan y fin. Cuando finaliza con las palabras: "EL FIN", el televidente o el espectador sobreentiende que esa pareja será feliz por siempre. ¿Será cierto eso? 

El matrimonio y las familias, en la vida real, no son como se muestran en las novelas y películas, no son como los cuentos de hadas, esas en las que "y vivieron felices por siempre" o "colorín colorado éste cuento se ha terminado". No, los matrimonios de verdad son complicados y para valientes. Por ello alguna vez ilustré a los matrimonios como las películas de terror. ¿Cómo son las películas de terror? Todo empieza bien, hasta que aparece en escena el moustro o el malo de la película, hay tensión, mucho miedo y terror... Sin embargo, los protagonistas se salvan y todo está en calma, la película va a terminar pero unos segundos antes, cuando todos están felices, y pensamos que así será.... el malo o el mounstro revive o no había muerto... tatán... eso indica que la película ¡continuará...! El matromonio o las familias no son como en las novelas o películas románticas de Hollywood, no lo son. Pero si queremos comparar a los matrimonios o a las familias con películas, creo que podrían compararlas con las películas de terror. Siempre habrá algún problema, aún después de que todo parecía arreglado.

Esto me lleva a recordar una experiencia de oro en el ministerio de Jesús. El maestro pudo empezar su ministerio resucitando muertos, sanando a leprosos o dando vista a ciegos. Sin embargo, la Biblia menciona que (Juan 2) Jesús hizo su primer milagro en una boda, en un matrimonio, en una familia. Leer esto me emociona mucho porque me muestra que las familias, el matrimonio para Jesús tiene una importancia muy grande. Jesús hizo su primer milagro en un matrimonio. Donde faltó vino (sin fermentar), donde faltó felicidad, alegría y prosperidad (significados del vino) Jesús intervino con un milagro extraordinario. Un milagro grandioso y maravilloso. Así como ese matrimonio, son los matrimonios de la vida real. Felices, pero con dificultados en algún momento, momentos complicados donde hay escacés, donde falta amor, comprensión, donde sienten que el amor se ha acabado, que la paciencia es muy difícil de conservar... Y es allí donde Jesús intervieve o quiere intervenir. ¿Cuál es el secreto para vivir un milagro maravilloso de Jesús en nuestras familias? (1) invitar a Jesús a nuestro matrimonio, y (2) hacer todo lo que él diga. Simple y sencillo. Que Jesús sea el invitado a nuestro hogarm nuestra familia... y que hagamos lo que Él nos dice en su Palabra.

Es cierto, los matrimonios son imperfectos. No son como novelas y quizás sean como películas de terror. No obstante, no importa qué tipo de familias sean, ni los problemas que atraviesen, hay dos cosas que podemos y debemos hacer para vivir un milagro de amor por acción de Jesús, TENER A JESÚS EN NUESTRAS FAMILIAS y OBEDECERLE. No tenerlo como un amuleto, una figura para que nos "de suerte". No, sino para amarle y obedecerle.

¿Estás dispuesto a invitar a Jesús a tu hogar y obedecer lo que te dice en su Palabra?

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

lunes, 19 de mayo de 2014

Ahora entiendo...


El congresista de la república del Perú, Carlos Bruce, conocido como "Techito Bruce", se ha convertido en tendencia en éstos últimos días tras su confesión a través de un diario peruano: "Sí, soy gay y estoy orgulloso de serlo". Su confesión sin duda causó un sin fin de reacciones de apoyo y de rechazo como era de esperarse. Como es sabido, Carlos Bruce es el principal promotor de la ley que está en debate: "La Unión Civil de homosexuales", y uno de los argumentos que destacan los defensores de ésta ley a través de los medios de comunicación masiva es que la ley en el "tapete" es una ley que protege el derecho de la persona, de los homosexuales. Según los defensores del movimiento pro Unión Civil, los homosexuales tienen derecho de ser feliz, y que en la actualidad están desprotegidos por no poder asegurar sus relaciones como lo hacen al momento de casarse en el caso de las parejas heterosexuales.

Ayer, domingo 18 de mayo, Carlos Bruce en una entrevista en Cuarto Poder, ante la pregunta de Sol Carreño: "¿por qué le dijo recién a sus hijos sobre su orientación sexual". Él respondió: "No quería causarle un trauma más a parte del divorcio". Sus hijos ahora tienen más de 20 años y según Carlos Bruce, sus hijos ahora entienden mejor y son maduros.

Saben, es preocupante saber que por radio, televisión e internet, son pocos los que argumentan en contra de la unión civil así como en la adopción de niños por parejas homosexuales, y al contrario, son muchos los que con base supuestamente "científica" declaran las bondades de vivir en relaciones homosexuales. Políticos, artistas y gente de a pie, especialmente jóvenes universitarios arremeten contra todo aquél que muestra su rechazo o simplemente no apoya la ley en pro de los homosexuales. 

El 2012, Cindy Mejía, Miss Perú, declaró: "No creo que tenga un hijo gay porque lo entregaré a Dios" y fue critcada duramente por no pocos. La calificaron como retrógada, homofóbica, intolerante y hasta ignorante. Y es que todo aquél que muestra su rechazo a ésta medida o movimiento simplemente será cafilicado de ese modo. También es conocido que uno de los más polémicos comentaristas peruanos, Phillip Butters, rechaza cualquier manifestación gay y muestra pública de personas homosexuales, como la de dos jóvenes besándose en la calle frente a niños. O a los programas de televisión donde homosexuales se visten de mujer y hacen "divertir" supuestamente a niños. Butters es fuertemente critiacado y calificado como un machista, y poco inteligente. Es decir, si no apoyo al movimiento en pro de la Unión Civil de homosexuales, soy un machista, retrógrada y cucufato como ya lo dijera Carlos Meléndez de Perú 21.

¿Pero qué es lo que motiva a este escritor aprendiz a plasmar éstas líneas confusas? Bien, en primer lugar, que Carlos Bruce haya esperado que sus hijos cumplan la mayoría de edad para confesarles que era gay, muestra que incluso para él, un dato así causa un trauma en los niños. Lo que resulta sorprendente es que él mismo en repetidas oportunidades dijo que los niños no pueden ser afectados con una medida así. Que ver a dos personas del mismo sexo besándose en la calle es una muestra de amor y que el niño solo ve eso, amor. En segundo lugar, que con el pasar el tiempo, muchos hombres y mujeres que no están de acuerdo con ésta propuesta simplemente callan, no hablan, no se expresan, ¿y saben por qué? por temor, por miedo a ser rechazados o criticados. ¿Y la Biblia? Acaso no es claro cuando habla del homosexualismo. ¿Acaso la Biblia deja dudas en cuanto a las personas que quieren hacer lo antinatural? El enemigo está trabajando incansablemente en esto.

Hace algunos días visité a un familiar no cristiano. Tiene dos hijas y un hijo. Mis hijos, que son dos dos, un varón y una mujercita, comenzaron a jugar con ellos. Mi hijo varón, que tiene dos años, en un momento comenzó a jugar con una muñecas, incomodando a su hermanita. Entonces yo, al ver eso, fui y le dije: "hijo, deja jugar a tu hermanita, tú juega con éstos carros con tu primo". La hija mayor de mi familiar, me dijo: "Tío, no le enseñes a ser machista a tu hijo. Los varones también pueden y deben jugar con muñecas". Me quedé sorprendido. Mi sobrina tiene 14 años. Y después de hacerle algunas preguntas me decía que su profesor les habpia enseñado que todos somos iguales y que no está mal jugar con muñecas y varias cosas más. Puede que alguno de mis lectores esté a favor del profesor de mi sobrina, pero sí que la sociedad actual está haciendo todo lo que está a su alcance para enseñar lo malo como bueno y lo bueno como malo. Ya la Biblia dijo eso. En este mundo de confusión moral y religiosa, a veces el justo llega a ser acusado de injusticia, y en muchos casos es el mismo “impío [quien] asedia al justo” (Hab.1:4). Isaías no podía describir mejor a los que a causa de su condición pecaminosa  confunden la verdad con el error: “a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo” (Is. 5:20), y tristemente otros, que aborrecen lo bueno y aman lo malo (Miq. 3:2; cf. vs.9).

Oremos para ser buenos padres, para educar a nuestros hijos en el temor a Jehová, a vivir como Dios quiere. Dios ama a todos, pero desaprueba conductas y comportamientos pecaminosos y rebeldes.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

jueves, 8 de mayo de 2014

¿Cómo vencer la tentación?


Una de las preguntas más embarazosas y difíciles que me hayan hecho, es sin duda: "pastor, ¿usted también tiene tentaciones sexuales?". Creo que todos saben la respuesta. Sí. No obstante, que seas el pastor de los jóvenes, y que la pregunta te la haga un adolescente en un auditorio de más de cien personas, eso sí que no es común. Las tentaciones sexuales, así como muchas otras tentaciones, son eso justamente, tentaciones. No hay porqué alarmarse solamente porque es una tentación sexual. El problema es que para nuestras sociedad las tentaciones y pecados tienen categorías o niveles. Por ejemplo, no es igual matar que mentir. O no comparamos robar que adulterar. Aunque son pecados o infracciones de los diez mandamientos, sencillamente no son uno es más "escandaloso" que otro. Y es que la sociedad se ha inventado ciertas frases que "supuestamente" dicen la Biblia porque tiene que ver con Dios. ¿Ejemplos? "Dios perdona el pecado, pero no el escándalo", "Ladrón que roba a ladrón, tiene 100 años de perdón", etc. Ninguno de los dos dichos son ciertos ni son bíblicos. En fin, no es ese el afán de ésta reflexión, no obstante, es importante dejar en claro que todas las tentaciones, así como los pecados, son iguales. La diferencia está en las consecuencias de cada una de ellas. Así de sencillo.

¿Qué es un pecado? y ¿Qué es una tentación? Pues bien, pecado es infracción de la ley de Dios, esa es la mejor y más clara definición de la ley (1 Jn. 2:4).  Y ¿qué es tentación? Una tentación es una prueba que Dios permite para desarrollar nuestra fe (1 Cor. 10:13). Ojo, Dios permite, no es el que tienta, sino que permite. Es importante, la diferenciación entre pecado y tentación. Pecado es el consentimiento de la tentación, y la tentación es la oportunidad para salir victorioso, es como el entrenamiento de los deportistas para lograr la victoria (2 Tim. 4:7). Entonces, la tentación no es pecado.

¿Por qué escribo éstas líneas? Bien, hace algunos días un joven de mi iglesia me dijo: "pastor, cómo podemos ser fieles en un mundo que nos invita a ser todo lo contrario. Salgo a la iglesia, y subo a un bus y en ese bus escuchamos música no cristiana que nos invitan a mover el esqueleto, bajo del bus y me dirijo a la iglesia y en la entrada de la calle un afiche de mujeres semidesnudas ofreciendo beber cerveza, salgo de la iglesia y en la noche prendo la televisión y todos los programas de la TV son sexuales, son corruptos... así no se puede ser fiel, estamos destinados a pecar....". En realidad así como me describió su rutina, sí que tiene razón, todo, internet, radio, TV, colegios, etc., todo motiva a salirse del camino correcto y "caer en pecado". Entonces me pregunto si Jesús también pasó por lo que pasamos. La Biblia dice: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado" (Heb. 4:15). La Biblia no dice en qué cosas fue tentado, pero sí que fue tentado en todo, pero SIN PECADO. ¡Jesús es nuestro mayor y mejor ejemplo! Si él pudo vencer las tentaciones con la ayuda de su padre, entonces nosotros también.

Ahora, en la Biblia encontramos cómo fue tentado Jesús, quién le tentó y cómo salió victorioso (Mt. 4:1-11). ¿Lo vemos?
En primer lugar es el enemigo de Dios, Satanás, quien nos tienta. Eso debes entenderlo. Dios no tienta, Dios permite que Satanás te tienta para que tu fe se desarrolle.
En segundo lugar debes entender que siempre que tu vida sea dirigido "por el Espíritu Santo",  aunque sea el desierto, será un lugar de victorias.
En tercer lugar, hay lago que debes saber, Satanás te tienta con lo que sabe que te puede afectar o hacerte caer en error. No te tentará con aquello que sabe no es tu debilidad.
En cuarto lugar, Jesús venció la tentación porque siempre estaba listo para presentar defenza con la PALABRA, "escrito Está".
En quinto lugar, Jesús venció la tentación porque sabía decir NO. Eso debemos aprender. No debemos sar excusas ni explicaciones, no argumentos contra el pecado. Simplemente decir ¡NO!
En sexto lugar, debes saber que Jesús venció la tentación porque sabía que no hay tentación imposible de vencer. Así dice la Biblia. Todos las tentaciones son posibles de ser vencidos. Algunos dicen, "pastor, usted no sabe mis tentaciones, son muy duras, son muy difíciles...". No, la Biblia dice que no hay tentación imposible de vencer.
Finalmente, no te sientas tristes si eres tentado, alégrate. Dios está permitiendo que tu fe se desarrolle. Si vences hoy, vencerás mañana, y si vences mañana, pasado... pero si por cosas de la vida caes hoy, y amaneces mañana, alégrate, Dios te da una nueva oportunidad.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví


martes, 6 de mayo de 2014

¡Te amo, pero no te soporto! ¿Y Corintios 13:7?


Tomás Angulo, psicólogo y terapeuta, famoso por opinar de vez en cuando acerca del comportamiento de la farándula peruana, en su libro, ¡Te amo, pero no te soporto! Una oportunidad para amar, desarrolla una de las preguntas más interesantes, en mi opinión, sobre el matrimonio: "¿Por qué nos resignamos a mantener relaciones aburridas, que nos generan tanto sufrimiento?", él mismo responde, "¡tú mismo lo permites, tú lo aceptas!". Y es que aunque no todos estén de acuerdo con  la respuesta, la verdad es que cada uno elige lo que tiene. No es la voluntad de Dios como a veces se escucha decir: "Será la voluntad de Dios que sufra...". No. Dios no quiere nuestra infelicidad. Dios nos quiere felices. Y para ser feliz debemos ser valientes. Sí, valientes. Valientes en asumir nuestros errores y ser capaces de trabajar duro y parejo para el amor madure, y sea solido y saludable. Así de sencillo. La felicidades es un regalo de Dios, Dios nos puede dar la verdadera felicidad, pero no debemos esperar a que ella venga como por "arte y magia". La felicidad cuesta, la felicidad es el producto de trabajo y dedicación.

A todo esto, ¿qué es lo que me motiva a escribir estas líneas? Estamos en semana de la familia en todas las iglesias adventistas de sudamérica. Anoche dictamos el seminario sobre: "Factor de prioridades", donde concluímos que Dios debe y tiene que ser el primer lugar en nuestras vidas y por supuesto, en nuestra familia. Y es que es así, solo si Dios es el centro y lo primero en nuestro hogar, podemos estar seguros de que la felicidad será verdadera. Finalizando la reunión, se acercó una pareja de esposos para pedirme que pueda hacer una oración por ellos. Les pregunté si había un motivo específico, él dijo que sí: "Ore por nuestra relación como esposos, porque sencillamente estamos a punto de divorciarnos, pero hoy vinimos por insistencia de mi hijita que iba a cantar, y escuchamos el tema y realmente creemos que todo esto que nos pasa, nos ocurre porque Dios no es el primer lugar en mi vida y por lo tanto, mi familia no es ni el segundo y ni tercer lugar, sino el último lugar...". Cuando Dios no es el primer lugar en nuestras vidas, no le daremos el valor correspondiente a lo que es después de Dios: la familia.

¿Cuál debe ser el orden de prioridades en la vida? (1) Dios, (2) Familia, (3) Iglesia y (4) Trabajo. Cuando Dios es el primer lugar en nuestras vidas, la Biblia, es decir, Su Palabra nos mostrará qué lugar ocupa la familia, el esposo o esposa, los hijos... ¿Ya te diste cuenta cuán importante es que considerar a Dios como el primer lugar en nuestras vidas?

¿¡Te amo, pero no te soporto!? No. El verdadero amor dice la Biblia, "Todo lo soporta" (1 Cor.13:7). No podemos amar a alguien y no soportarlo. Si no puedes soportar a tu esposo o esposa entiende que ella no es problema, eres tú. Tú debes ser tolerante, debes tener paciencia. Es cierto, no es fácil. Hay cosas que pueden lastimarte, pero en eso justamente consiste el amor, en aceptar a la persona con sus errores y virtudes. ¿No fue eso lo que dijiste y prometiste en el altar? ¿Recuerdas? En las buenas y en las malas. En las buenas y en las malas... Aveces solo recordamos al amor en tiempos de bonanza, en tiempos buenos... ¿y en los malos? Es allí donde más amor necesitamos, es en tiempos más duros cuando el amor se hace más necesario.

¿Por qué nos resignamos a mantener relaciones aburridas y dolorosas? Porque no estamos dispuestos a luchar a trabajar día a día, de sol a sol para que las cosas sean diferentes. Alguno puede decir, "Ah, pastor, ya lo hemos intentamos mil veces y no funciona... ella o él no pone de su parte". No digas eso, lucha y esfuérzate por ser mejor esposo o esposa, lucha por hacerla feliz. No busques que ella te haga feliz, busca en hacerla o hacerle feliz. Cada día ora: "Señor, ayúdame a hacerla feliz con cada palabra mía, cada acto, cada pensamiento...". No te resignes a perderlo todo. El amor es una decisión no es un sentimiento apenas.

Quiero finalizar mencionando que en la vida existen tres tipos de personas, (1) los que ven que las cosas suceden, (2) lo que preguntan porqué suceden las cosas, y finalmente, (3) los que hacen que las cosas sucedan. Y especialmente nosotros los varones,  como sacerdotes y líderes de nuestros hogares, debemos ser hombres que hagan que sucedan las cosas. A eso le llamamos, inciativa, dar el primer paso... no debemos conformarnos con ver a nuestro matrimonio destruirse a pedazos por los problemas, tampoco solo hablar y perguntar, eso es bueno, pero lo suficiente. Necesitamos hablar pero hacer y como laguien dijo: es mejor decir, "bien hecho a decir bien dicho".

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
 

domingo, 4 de mayo de 2014

Cucufato y retrógada por seguir la Biblia


Hace algunos sábados en la ciudad de Lima, cientos de personas entre actores, políticos y gente a de a pie, participaron de una multitudinaria marcha en pro de la aprobación de la ley que permita la unión civil entre personas del mismo sexo con el título: #UniónCivilYa. Ese mismo día, nosotros, los adventistas del séptimo día, desarrollábamos el programa #AmigosdeEsperanza e iniciábamos así la #SemanaSanta en Grupos Pequeños y templos. Acababa de predicar en uno de los turnos cuando un joven  se me acercó para preguntarme mi opinión acerca de la unión civil. Me quedé sorprendido por la pregunta, y solo atiné a decirle: No estoy de acuerdo. Y fue la siguiente conversación a la que llevó dicha respuesta:

Joven:  
Pastor, ¿Dios ama a los homosexuales?
Yo: 
Claro que sí. Dios ama a toda la humanidad.
Joven: 
Y si Dios ama a los homosuexuales y ellos son tan humanos como usted y como yo, ¿querrá Dios que sean ellos felices?
Yo: 
Dios quiere que sean felices. El plan de Dios desde el principio fue que su creación sea feliz.
Joven: 
Pastor #UniónCivilYa prentende justamente eso, que todos seamos felices. No es un favor el que pedimos, es sencillamente nuestro derecho a ser felices. A cumplir el plan de Dios de que su creación sea feliz. Creo que los tiempos han cambiado pastor, la discrimininación y el abuso a la minoría son características de una sociedad del pasado, del Antiguo Testamento, de los extremistas y legalistas. Dios condenó siempre eso, Dios no está a favor de que se le niegue la felicidad a ninguna persona. Y si la felicidad es algo sublime y hermoso, debemos entender que la felicidad no debe tener límites.

Confieso que sabía a dónde quería llegar con su primera pregunta de que si Dios ama o no a los homosexuales. No obstante seguí el hilo del diálogo que él estaba tejiendo para saber hasta dónde era capaz de llegar uno de los líderes de jóvenes más influyentes en una de mis iglesias. 

Ingresé a un tema no sencillo, pero ya lo hice así que avancemos. Bueno, quisiera reflexionar y destacar dos lecciones de este diálogo inusual. 
En primer lugar, no pensé que dentro de la iglesia y entre los más influyentes haya jóvenes como el que me planteó el diálogo. ¿No tiene Biblia acaso? - Pensaba mientras me explicaba sus puntos de vista. ¿No lee su Biblia? - Trataba de hilar fino en mi mente y hasta cierto punto chasqueado a más. No puede ser que un joven, adventista de tercera generación tenga esas conceptos errados de felicidad. Pero, ¿qué estoy haciendo como pastor por los jóvenes que tienen ideas postmodernas y seculares? Bueno, les enseño del amor de Dios, de evangelizar al mundo con pasión... ¡Cierto! Necesito ser un pastor que pastoree jóvenes, ¿dónde aprendió esas nuevas enseñanzas aquél joven? En la TV, en la Radio, en las redes sociales, en el colegio o universidad. Y yo en mi iglesia solo le doy lo que creo que necesita: ORA, LEE TU BIBLIA y PREDICA. Claro que éstas tres actividades constituyen en mejor armamento para la guerra espiritual, pero considero que me falta llegar a los jóvenes para responder sus inquietudes con paciencia y maneras adecuadas (métodos quizás o formas didácticas... no lo sé).

En segundo lugar, quiero destacar la fuerte influencia de los medios de comunicación respecto al movimiento que busca "igualdad" de sexos y el cargamontón que se le hace a todo aquél que no está de acuerdo con el movimiento #UniónCivilYa. En una de las avenidad principales de Lima, un cartel enorme mostraba el versículo más "odiado" de los defensores del movimiento gay: "No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación." (Lev. 18:22)." Éste panel fue abucheado y criticado fuertemente por distintas personas, calificándolo como una declaración agresiva, terrorista y hasta discriminadora. Uno de los presentadores de televisión dijo, en un noticiero matutino, respecto al panel publicitario de la iglesia Movimiento Misionero Mundial: "Es realmente una falta de respeto y una taradez". Así mismo, uno de los columnistas más destacados de Perú 21, Carlos Meléndez, mencionó en su columna titulada "Fuera del clóset": "Aunque menos concurrida, la ‘Marcha por la Igualdad’ pilló a la Lima cucufata y retrógrada. Ha sido la mayor movilización contra el conservadurismo predominante en mucho tiempo. Sobre todo porque los sectores ‘pro-igualdad’ en el Perú no cuentan con organización ni redes para facilitar una demostración callejera; tampoco se apoyan en instituciones socialmente arraigadas (iglesias Católica y Evangélica).". CUCUFATA y RETRÓGADA, ¿No pudo hallar mejores palabras para referirse a los que simplemente siguen los principios de la Biblia?. Es importante destacar que en una siguiente columna titulada, "Derecho al beso" asevera: " “cada vez somos más peruanos del lado de la justicia y de la igualdad”, refiriéndose al incremento del 31 al 33% de peruanos que aceptan la unión civil en el Perú de octubre a la actualidad. ¿Qué es justicia y qué es igualdad para Carlos Meléndez? Él mismo lo dice al mencionar que el 77% de peruanos que no apoya al movimineto: "mientras el 77% se sienta incómodo ante dos homosexuales besándose, no hay motivo de optimismo.". Entonces para Carlos, la justicia es sentirse cómodos y felices de besar a dos personas del mismo sexo en las calles. Y es que eso es felicidad y es justicia en su mente. Cucufatos y retrógadas son todos los que se incomodan al ver a dos personas del mismo sexo besándose en las calles, pero no solo cucufatos y retrógadas, sino injustos y del lado de la desigualdad.
En este mundo de confusión moral y religiosa, a veces el justo llega a ser acusado de injusticia, y en muchos casos es el mismo “impío [quien] asedia al justo” (Hab.1:4). Isaías no podía describir mejor a los que a causa de su condición pecaminosa  confunden la verdad con el error: “a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo” (Is. 5:20), y tristemente otros, que aborrecen lo bueno y aman lo malo (Miq. 3:2; cf. vs.9).

La Biblia dice claramente respecto a la homosexualidad

1. En la Biblia, el se les llama sodomitas a los homsexuales
“Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo…Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos (de una manera sexual). Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, y dijo: Os ruego hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced con ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado. Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta” (Génesis 18:20; 19:4-9).
A veces se nos dice que el pecado de los sodomitas no era la homosexualidad, sino la violación homosexual. Los que justifican la homosexualidad tratan de argumentar que no está mal que un hombre tenga sexo con otro hombre, pero que está mal si un hombre fuerza a otro hombre que no consiente en ello. ¿Permite Dios la homosexualidad consensuada? (Consensuada significa por mutuo consentimiento). ¿Es lícito y permisible que un hombre tenga sexo con otro hombre? Considera el siguiente punto:

2. La rotunda prohibición y castigo contra la homosexualidad
"No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación." (Lev. 18:22). ¿Hay lugar a dudas? “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre” (Levítico 20:13), éste verso es más fuerte aún. “No haya ramera entre las hijas de Israel, no haya sodomita de entre los hijos de Israel. No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto, porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro” (Deuteronomio 23:17-18).

3. La homosexualidad es resultado de rechazar a Dios
“Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (Romanos 1:24-27).

4. La homosexualidad es contraria a la sana doctrina
“Conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina” (1 Timoteo 1:9-10).

5. Los homosexuales no entrarán al reino de Dios
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11).
¿Ama Dios a los homosexuales?
Claro que sí. Dios ama a todos y nosotros debemos hacer lo mismo. Si alguno de nosotros no ama a su prójimo no puede llamarse hijo de Dios. Pero ello no quiere decir que debemos estar de acuerdo con lo que hacen. Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado. Ya lo vimos en la Biblia. No hay vueltas que dar. Hay esperanza para los homosexuales, ellos pueden ser salvos si se arrepienten de sus caminos y deciden en Cristo vivir como Dios quiere, como cualquier otro pecador. No utilicemos el nombre de Dios para decir lo que él jamás dijo. Dios lo dijo muy claro y al punto. No acepta la homosexualidad. Y aquellos cristianos que están a favor de la homosexulidad que lo estén, pero que estudien su Biblia como debe ser. 

Por

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 8 de abril de 2014

De NOÉ, SOLO EL NOMBRE...

La última producción del cineasta norteamericano Darren Aronofski, NOÉ, es uno de los temas del momento en todo el mundo por varias razones. La película protagonizada por Russell CroweAnthony Hopkins, entre otros, prometió estar basada en historia bíblica del Arca de Noé del libro de Génesis y sin embargo, esto es muy lejano a la realidad tal como lo aseveran los que lo han visto. Aldo Mareátegui, un famoso periodista peruano escribió: "¡Qué tal Noé!" expresando de manera extraordinaria las grandes mentiras y distorsiones bien marcadas del personaje del Génesis bíblico. Así también, no pocos han mostrado su desacuerdo con la película. Un blog por ejemplo criticó duramente la mencionada película a través de un artículo titulado ""Noé", película antibíblica llena de hechicería y confusión".

El líder de los jóvenes adventistas para Sudamérica, Pr. Areli Barbosa se expresó al respecto a través de su cuenta de Facebook en un post titulado: "FILME NOE" donde destaca que las películas Hollywoodenses son una de las estrategias de Satanás para confundir y desvirtuar la verdad bíblica.

Voy a ser muy sincero. Lo confieso. Yo esperé esa película como no se imaginan. Claro, muchos se pueden rasgar las vestiduras al leer esto, pero sí, en honor a la verdad esperé mucho el estreno de la película Noé porque "se decía" que sería muy apegada a la historia del primer libro de Moisés, el Génesis. Ahora, después de su estreno, y los comentarios nada buenos que han surgido por aquellos que han visto la pelicula, las ganas y motivaciones que tenía de verla, se me han esfumado. Chasco, decepción e indignación es lo que me produjo al leer la crítica de Aldo Mareátegui sobre la película. 

Sin embargo, también debo confesar y reconocer mi falta de inteligencia y mi ingenuidad al creer que Hollywood produciría una película bíblica. Es como pedir que el papa católico Francisco diga que el sábado es el verdadero y único día de reposo. ¿En qué estaba pensando cuando creí que Aronofsky y Ari Handel, escritores de la película Noé, irían a hacerlo pegados a la Biblia? Ciertamente supuse que no "todo" sería fiel a la Escritura bíblica, pero al menos la mayoría del argumento al menos respetaría el libro de Génesis. No obstante, según refieren los que lo han visto, es al contrario, de la Biblia, solo NOÉ es lo bíblico, es decir el nombre.

Pero Hollywood es experta en vender humo, en vender mentiras y falsedades. La pregunta que me han hecho no pocos a través de mis blogs es, ¿deberíamos ver la película como cristianos? Yo les respondo con otra pregunta, ¿puedes reconocer si un billete de 100 dólares es falso si no sabes cómo es el verdadero? Si como cristianos no hemos leído la Biblia, la verdadera historia de Noé, y si eres adventista, al menos el libro Patriarcas y profetas considero que debes pensarlo mil veces. Hace algunas horas compartí una imagen de Noé, donde según yo, invitaba a estudiar la Biblia en el libro de Génesis 6-10 si deseaban conocer la verdadera historia de Noé. Minutos después un amigo me escribió, "¿No crees que la imagen en vez de llevarlos a la Biblia los llevará a ver la película?". Yo creo que sí, creo incluso que este post te puede animar más a ver la película que estudiar tu Biblia. Es muy posible. Tal como pasó con la película que no pocos satanizaron, El código Da Vinci protagonizada por Tom Hanks, o la Pasión de Cristo dirigida por Mel Gibson. En fin, no podemos prohibir nada a nadie. Pero sí debemos entender que Satanás ha incrementado y potencializado sus estrategias para confundir y desviar a la humanidad del verdadero camino, de Jesús y de la Biblia. He leído que la película también presenta a Noé contando que la creación en realidad fue producto de la evolución. ¡Qué loco! Noé, el evolucionista. Muy lejos, muy lejano a la verdad.

Finalmente, vayamos y leamos la Biblia, el libro Patriarcas y profetas y el Conflicto de los siglos de Elena G. de White para ver una verdadera película a través de las líneas magistrales. Alguno puede decir, "¿verá la película?". No tengo necesidad de verla. Ya he leído muchos comentarios increíbles y críticas realmente duras. Creo que se me han esfumado los deseos de ver esa película. No puedo terminar éstas líneas, sin felicitar (aunque tal vez jamás de los jamaces lo lea) a Aldo Mareátegui por su columna "¡Qué tal Noé!" donde muestra su gran conocimiento de la Biblia y describe la pobre y triste realidad de la mayoría de jóvenes al destacar la falta de lectura y su gusto en demasía de ver películas hollywoodenses. Por un momento pensé, ¡un momento, Aldo está hablando de los jóvenes adentistas también! Nada lejos a la realidad. No podrán creerlo, pero hace algunas horas un joven me dijo: "pastor, yo vi la película Noé y la verdad yo no sabía que la piel de la serpiente que tentó a Eva todavía existía en los tiempos de Noé...". ¿Qué les parece? En fin, y con esto finalizo de verdad, no pensé que había gente como Aldo Mareátegui que conoce tanto de la Biblia, inclusive más que muchos supuestamente lectores de la Biblia  y no sea cristiano practicante. Y a mi mente viene el diálogo de Felipe y el Etiope "¿entiendes lo que lees?" (Hch.8:30), y el Etiope responde: "¿y cómo podré, si alguno no me enseña?" (Hch.8:31). 

Hoy más que nunca me doy cuenta de que hay gente en el mundo, que no es cristiana, que lee y conoce de la Biblia y de Dios y no le han entregado sus vidas porque no hay nadie que les enseña. ¿Qué tiene que ver esto con la película de Noé? Mucho, poco, nada... no lo sé. Solo sé que tú y yo debemos leer más, leer la Biblia, pero para enseñar a otros que así como Aldo Mareátegui conocen mucho como para perderse y poco como para salvarse.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

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