jueves, 8 de noviembre de 2012

LA BIBLIA vs EL CELULAR


Se imaginan que pasaría si las personas tratáramos a nuestra Biblia de la misma forma que tratamos a nuestro celular, realmente sería algo especial ya que a ese aparato lo damos un trato diferente y hasta cierto punto privilegiado, observe como seria con la Biblia, veamos:
 
1. Si siempre cargáramos nuestra Biblia en la cartera, o en el maletín, o quizás  en el cinturón o tal vez en el bolsillo del traje como lo hacemos con el celular, cuan bien nos seria la vida, ah.

2. También podríamos hacer con ella (la Biblia) como sucede con el celular que le diéramos una ojeada varias veces al día para ver si hay algún mensaje, o una llamada perdida  o para ver si esta prendido en fin podríamos hacer lo mismo con la Biblia de seguro que seriamos más sabios y si nos volviéramos para buscarla cuando nos la olvidamos en casa o en la oficina como pasa con el celular que no importa cuán lejos estemos nos devolvemos por él (el celular).

3. Podría ser que la usáramos para enviar mensajes a nuestros amigos (la Biblia) ya que pasamos mucho tiempo chateando con amigos con el celular y ese tiempo se podría usar para enviar mensajes a amigos para hablarles de la salvación.

4. Si la tratásemos como si no pudiéramos vivir sin ella (la Biblia) y la diéramos de regalo a los chicos, para su seguridad, y para estar comunicados con ellos y con Dios, sobre todo si la lleváramos cuando viajamos, en caso de necesitarla como auxilio y ayuda como acontece con el celular.

5. Podríamos echar mano de ella en casos de emergencia como lo hacemos con el celular para pedir auxilio pero al contrario del celular, la Biblia no se queda sin señal. Nos podemos conectar con ella en cualquier lugar.

6. No precisamos preocuparnos por la falta de crédito porque Jesús ya pagó la cuenta, y los créditos no tienen fin y lo mejor de todo: no se corta la comunicación, y la carga de batería es para toda la vida.

A continuación se presentan una serie de números que nos ayudaran en casos de dificultades o problemas solo hay que llamar y de seguro Dios responderá a tu llamada,  solo tienes que solicitarles a través de los números telefónicos de emergencia siguientes:

1. Cuando estés triste y desconsolado simplemente marca:  *JUAN 14.
2. Si las personas hablen de ti y te sientes mal entonces  marca:  *SALMO 27.
3. Si los nervios te aturden y no puedes hacer nada, marca: *SALMO 51.
4. Cuando estés preocupado por la situación tienes que marcar: *MATEO 6:19.
5. Cuando estás en peligro y te sientas solo, debes marcar: *SALMO 91.
6. Cuando Dios parece estar lejos y la nada sale bien, solo marca: *SALMO 63.
7. Cuando tu fe precisa ser fortalecida, marca: *HEBREOS 11.
8. Cuando estés solitario y con miedo, marca: *SALMO 23.
9. Cuando estés sin amor y abandonado, marca: *1 CORINTIOS 13.
10. Para saber sobre la felicidad, marca: *COLOSENSES 3:12.
11. Al estar y triste y solo, simplemente marca: *ROMANOS 8:31-39.
12. Cuando desees paz y descanso, marca: *MATEO 11:25-30.
13. Si el mundo parece más grande que Dios, marca: *SALMO 90.


LOS MINI MENSAJES DE LA VIDA ETERNA
1. En algún momento te sientes deprimido o que nadie se interesa en ti entonces es el momento de enviar un SMS con al JUAN 3:16 con la palabra SALVACIÓN y recibirás respuestas a tus inquietudes más difíciles.

2. Si el caso es que no tienes con quien hablar y estas desesperado por que deseas expresarte entonces envía un SMS al: JEREMIAS 3:33 con la palabra: ORACIÓN.   

3. Si todos los amigos se han apartado de ti nadie te quiere hablar contigo entonces no pierdas más tiempo y envía un SMS al MATEO 1:21 con la palabra: JESÚS.

4. Si deseas que Dios te hable y te de sus consejos de salvación entonces solo tienes que envía un SMS al SALMO119:105   con las letras de las palabras: SANTA BIBLIA.

5. Si te sientes solo y piensas que ya no hay salvación y que Dios te ha dejado solo, entonces manda un SMS al HECHOS1:8 con las letras: ESPÍRITU SANTO y recibirás para ti consuelo y animo.

Por
Pr. Joel Santana Geraldo

viernes, 19 de octubre de 2012

Mi nombre es "Gladiador"



‎- ¿Por qué el héroe no se descubre y nos revela su nombre?¿tendrás un nombre?
- ...Mi nombre es gladiador.
- ¿Como osas darme la espalda?! esclavo, te ordeno que te descubras y me digas tu nombre!
- Me llamo Máximo Décimo Meridio, comandante de los ejércitos del norte, general de las legiones Félix, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, marido de una mujer asesinada, y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la otra.

(Máximo a Cómodo, en su primer encuentro en el coliseo-"Gladiador", con Russell Crowe)

Siempre me pregunté si acaso tuviéramos que presentarnos ante el enemigo con una sola frase, cuál sería? 
"Soy Pastor de una iglesia grande?" "Apóstol de congresos proféticos?" "Músico que toca los domingos"? "Líder de de una célula?" Nada de eso no le haría temblar los labios de miedo al diablo tal como el personaje de Crowe lo logra con el césar que interpreta magistralmente Joaquín Phoenix.
Una sola frase de Máximo hace que Cómodo rechine los dientes de odio, le quita la paz y lo pone bajo amenaza. Una sola frase resume la valentía y el enfoque de un hombre con misión clara, con un solo objetivo y que no descansará hasta lograrlo.

En mi caso, miraría al enemigo a los ojos y le diría: "Me llamo Dante Gebel, comandante de los ejércitos del Dios viviente, general de las legiones de jóvenes, leal servidor del Rey de Reyes, y por cada joven que tu matas, yo te quitaré mil para la gloria de mi Señor. Seré tu peor pesadilla, en esta vida...y en la otra"

Poder resumir quien eres y cuál es tu misión en una misma frase, significa que estás enfocado; y encontrar a alguien enfocado actualmente, es casi un lujo.
Cómo te presentarías si tendrías que hacerlo en una sola frase?

Pr. Dante Gebel

jueves, 20 de septiembre de 2012

Es mejor callar, es mejor no escribir...

Hace un buen tiempo que no escribo en este blog, sino hasta hoy. No sé si lo habrás notado. Debo confesar que ganas de plasmar mis pensamientos me han sobrado, así que no es que no tenía en qué reflexionar, no. Lo que sucede  es que tenía temor a escribir lo que me hubiera gustado escribir. Y es que hay veces en las que quisiera escribir muchas cosas que sé que no serían saludables para mi y para muchos que sin dudarlo se reconocerían entre las líneas confusas de mis reflexiones del alma.

Tengo una regla en este blog, solo publicaré lo que he escrito. Tengo otros blogs donde a veces suelo publicar escrito de otros, pero no es el caso de este. De modo que lo que usted apreciado lector lee, es producto de mis pensares, de mi imaginación, de mi impaciencia, de mi mente muchas veces atada a cadenas de la diplomacia... Sé que no soy un buen escritor, en realidad hace poco descubrí que es probable que jamás lograré ser un buen escritor sencillamente porque no soy un buen lector. Todos los buenos escritores saben que su éxito radica no en lo que escriben sino en lo que leen, pues es allí donde se pulen y se refinan... Y todos los malos escritores, no saben que deben aprender a ser buenos lectores para un día añorar siquiera, palabras que no sean la de su familia diciendo: "escribes bien".

Pues bien, como te decía inicialmente no escribí sencillamente porque temía escribir y usar eso como una daga cruel para no pocos. Pues simplemente "la pluma es más peligrosa que la espada". A estas alturas mi querido lector se estará imaginando lo peor de mi, ¿qué podría escribir que resultara peligroso? Bueno, es posible que para usted esto que escribiría son cosas sin importancia, vanas y nada peligrosas ni dañinas. No todos somos iguales. En fin, a veces es mejor callar (no escribir) que hablar (escribir), no porque no tengas qué decir (escribir) sino porque el tiempo te ha enseñado a callar (no escribir) aunque ello resulte agrio y amargo. Es mejor así, de ese modo, tú no quedas mal, y la otra persona igual.

Reflexiono justamente porque hoy fue uno de esos días en las que quisieras decir: "¡Basta...!" No sería lo mejor, total, el tiempo es el mejor arbitro en los asuntos más delicados de la vida. El tiempo demostrará que fue mejor callar, aunque no siempre es lo más agradable para quien "cierra la boca" o "empuña las manos" (no para golpear, sino para escribir, que a veces es lo mismo).

Gracias a Dios, no estoy solo en esta decisión, tengo la plena seguridad de que la prudencia, o el dominio propio es solo señal de aquél que ha sido dominado por el poder de Dios. Solo eso es cierto, nada más que eso.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví


domingo, 12 de agosto de 2012

¿Pastor respaldado o aprobado?

¿Es posible ser un hombre o mujer de éxito a pesar de no ser fiel a Dios? ¿Es posible lograr metas grandes sin hacer la voluntad de Dios? ¿Cómo entender el éxito que algunos gozan a pesar de hacer las cosas lejos de la voluntad de Dios? En estos último días llegué a entender una triste realidad. Confieso que por varios días me afectó a más porque en mi mente minúscula hay sin duda, cosas difíciles de entender en su plenitud.

martes, 24 de julio de 2012

Pastor..."La pluma es más fuerte que la espada"

De todas las técnicas a aprender una de las más especiales y delicadas es la comunicación, el saber hablar o escuchar. La buena comunicación es clave determinante para alcanzar el éxito. Lytton, un popular escritor de su tiempo acuñó una frase sumamente interesante: "La pluma es más fuerte que la espada", sin duda alguna, las palabras tienen un poder asombroso. Son como cápsulas cargadas de veneno o medicina. Con una palabra puedo construir y con otra sencillamente destruir.

lunes, 9 de julio de 2012

Pisa tierra pastor...!

Si me hubieran dicho que era tan lejos y que el viaje pesado, probablemente lo habría pensado mejor. Acepté con mucho gusto la invitación de un joven pastor a capacitar a cerca de cien miembros de su iglesia. La idea me gustó en gran manera, de modo que sin pensarlo dos veces acepté ir sin vacilar. 
Cuando llegué a su casa, me dijo que debíamos hacer un "pequeño" viaje en motocicleta de tres horas. 

lunes, 25 de junio de 2012

Dios siempre da lo que es mejor...!

Siempre soñé con ser padre de un niño. No sé porqué a decir verdad. En mis más remotos y lejanos pensamientos estaba la idea de ser padre de una niña. Sin embargo, ese sueño se vio truncado por el nacimiento de Génesis, mi primera hija. Confieso que no fue fácil todo ello. Me enteré de que sería niña a los 6 meses de gestación, pero solo me convencí hasta el día en que nació. Fue especial su nacimiento. No sé si en todos los hombres, pero en mí era especial.

lunes, 30 de abril de 2012

Hoy recordé que soy pastor...

Hoy recordé que soy pastor. Confieso que su respuesta no me agradaba en un inicio, para nada. No me parece justo- me decía una y otra vez a gritos en silencio  mientras el pastor me aconsejaba- creo que debería ser tratado de otra manera. Estaba convencido de que mi reclamo era bien fundamentado... no estaba pidiendo nada fuera de lo normal. Simplemente estaba pidiendo un mejor trato. No era posible de que a estas alturas en la "obra" yo reciba un trato semejante. Sentado con brazos cruzados y cuerpo hacia atrás, cabeza medio inclinada y mirada fija a los ojos de un pastor que lo único que pretendía era decirme en resumen: "no puedo creer que tú estés reclamando derechos...". Quizás no pensaba eso, pero al menos eso es lo que inferí mientras él me aconsejaba.

jueves, 19 de abril de 2012

¿Un pastor al agrado de los hombres?


¿Qué pastor no desea tener éxito en el ministerio? Es natural querer ser exitoso en lo que se emprenda. No obstante, ¿en qué consiste el éxito pastoral?

Había terminado una ceremonia de investidura del Club de Conquistadores en mi iglesia de prácticas cuando era estudiante en la facultad de teología, y después de despedir el sábado, el pastor distrital me pidió hablar a solas. Se le notaba muy preocupado, entre otras cosas me dijo: “hijo, todo lo que haces por el Ministerio Joven está bien. Pero la experiencia me ha enseñado dos cosas que te las diré y jamás las olvides pues serán las que determinará el éxito de tu ministerio: (1) bautismos (2) y diezmos”.  Sus palabras fueron muy duras para mí. Admito que sentí que me lo dijo con mucho cariño y amor. Pero sí que impactaron por un buen tiempo mi percepción del ministerio pastoral.

Pero, ¿qué es lo que hace que no pocos ministros piensen así? ¿Es incorrecto pensar que el éxito pastoral depende de los bautismos y el crecimiento de diezmos? Vivimos en un mundo globalizado y prometedor por la ciencia y tecnología por doquier, y es innegable que el ministerio pastoral se vea  influenciado por distintas corrientes filosóficas que son sensación en la mayoría de profesiones y empresas. No es desconocido que los predicadores más famosos en el mundo cristiano son los que enfatizan en sus sermones la prosperidad y superación personal, y en sus cultos una adoración secularista.

El ministerio pastoral en las distintas denominaciones cristianas se ve infestado por corrientes de mercadeo y marketing olvidándose que el éxito de la iglesia “no se mide con parámetros mundanos sino celestiales” tal como lo diría Rubén Pereyra, un viejo pastor jubilado.

Aunque la iglesia que pastoreamos tenga como única regla de autoridad y fe la Biblia, y el Espíritu de Profecía, es conocido que con tanta facilidad el pastor se ve tentado a agradar a los hombres antes que a Dios. Una vez más convertimos a Dios en el “segundo plato” o en el “suplente” de nuestro trabajo, nuestro afán. Un actuar así es sin lugar a dudas una “adoración” antropocétrica  y no teocéntrica. Es decir, una adoración motivada para agradar a simples y mortales hombres en vez de centrarlos a Dios.

Jamás olvidé su consejo. Hoy sirvo al Señor como pastor, sé que los bautismos y el crecimiento en diezmos son importantísimos, y que indican el “éxito” de un ministro en menor o mayor grado, no obstante, aunque no olvido las palabras de aquél pastor, debo confesar que el ministerio me ha mostrado que no es así. El ministerio pastoral es la más grande bendición que un converso puede tener, es un privilegio santo.

Termina el día, y tú te preguntarás como todas las veces que lees los “enredos literarios” de este aficionado escritor, ¿qué es lo que motiva a este “pipiolo” escritor aprendiz a plasmar entre líneas esta reflexión del alma? Simple, siento muchas veces que sin darme cuenta (es serio, sin darme cuenta) voy inclinándome a querer agradar a las criaturas en vez de agradar al creador. Esto es indudablemente un problema muy serio, muy grave que determinará al fin y al cabo mi salvación.

No quiero éxito maquiavélico, quiero el éxito que Dios le da a sus hijos fieles, pero no para envanecer mi insignificante nombre sino para glorificar el Nombre de Dios, el Único que se merece toda la honra y gloria… por los siglos de los siglos…  Quiero hacer la voluntad de Dios, pues sé que haciendo aquella santa y perfecta voluntad el éxito vendrá como producto natural. Ese éxito será duradero y no pasajero.

Amén.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 17 de abril de 2012

Un pastor insensible...

Estaba terminando de almorzar después de una mañana ajetreada cuando  sonó el celular que permanecía "alerta" en el bolsillo derecho de mi pantalón. Vi quién llamaba. Era un colega del ministerio. Contesté la llamada y después de saludos tipo "rezo" me dijo: "Heyssen, necesito que me hagas un favor muy grande... mira yo estoy muy atareado con algunas actividades y hay una feligrés que ha perdido a su hijo y necesita que un pastor le acompañe al funeral  con un mensaje de esperanza...". Le dije: "¿Usted no puede ir tratándose de un caso como este?", me dijo que lo haría con gusto pero no podía debido a las circunstancias. No obstante, viéndome acorralado por no encontrar una salida (no me gusta mentir, no soy bueno en eso además) acepté de muy mala gana (aunque por supuesto le dije que encantado lo haría).

Me levanté de la mesa y me cambié de ropa para salir al funeral. Camino al cementerio iba pensando en qué incómodo es ir a un funeral donde el invitado no fuiste tú y en que además no sepas quién es el difunto. Lo peor de todo es que al llegar al cementerio no encontré a nadie que me diera razón del la familia del fallecido y no vi a ningún grupo de personas dolientes. Minutos después llegaron dos mujeres que eran familiares y adventistas y al mirarme me reconocieron y me preguntaron por el pastor (para variar). Les dije que yo lo reemplazaría y que estaba muuuuuy "feliz" de servirles. Estábamos conversando cuando de pronto llegó el difunto dentro de un ataúd cargado por seis varones con rostros muy desencajados (como todo rito funeral).

No me impactó. Les confieso que en mi ministerio joven he oficiado cerca de 50 funerales, y la verdad, las primeras veces me impactaban, después, por las rutinas quizás fui volviéndome más "duro" y casi insensible (no me siento feliz por supuesto). No obstante, el cuadro que vi minutos después desgarrarían mi casi duro corazón... Una mujer que vestía de ropas de color negro, lloraba de manera desesperaba, sus gritos eran "escandalosos", se arrastraba literalmente por los suelos y parecía que jamás dejaría de llorar por el cuadro histérico a más... Sinceramente esa escena (mucho más dramática que las películas hindúes) me descuadró en un "santiamén". Mi crudo e insensible corazón se desmoronó como un castillo de naipes por el cuadro lamentable. La pobre mujer lograba ponerse en pie de vez en cuando para después desplomarse gritando vez tras vez: "yo tengo la culpa...", "No me dejes...", "No te vayas...", "Perdóname...". 

Me quedé atónito. No podía asimilar el cuadro triste. Uno de los parientes me dijo que era hora de empezar con el mensaje. Pregunté por su nombre. Inicié con voz fuerte el mensaje basado en 1 Tes. 4:13-18. El mensaje no podía ser sencillo simplemente porque no es fácil predicar en el funeral de alguien que un día aceptó a Jesús, fue un gran hombre al servicio de Dios finaliza sus días perdido en el mundo de las drogas, en la desgracia del pecado. Y producto de una sobre dosis acabó sus últimos segundos de vida... No es sencillo. No podía hilar fino, solo dije entre varias cosas: (1) "Dios es el único que tiene la última palabra",  (2) "Él no sabe nada, nosotros somos los que debemos hacer mucho aún" y (3) "Amemos a los nuestros mientras lo tenemos con vida". No sabía qué más decir. Estoy seguro de que en otra situación hubiera podido "hilar" mejor, pero esta vez no. Esta vez estaba destrozado al ver a una "adventista" llorar como un "no adventista".

Escribo éstas líneas muy triste. Triste por que tuve que ver la manifestación atroz de la muerte en una madre para sentirme movido y saber que hay dolor en gente que debería tener esperanza y no la tiene. Triste porque con el paso de los años mi corazón se ha vuelto duro, cada vez más duro e insensible... 

No sé si entienden mi sentir. No sé si aún en esta reflexión he "hilado" bien. No es mi afán  todo eso a decir verdad. Solo quiero que sepan lo que sentí. Nada más. Estoy confundido, desencajado... descuadrado... no sé.

Hay tanto dolor... y yo me siento cada vez más ajeno a esa realidad. Hay tanta necesidad y parece que poco me importa. Es que hay tanto dolor que ya no siento impacto al saber esas tristes y lamentables desgracias?  Será que mi colega también vive la misma situación? Por qué no asistió a la familia? Le parece poco la muerte de una de sus ovejas? Es también él un insensible más? No....! Soy un pastor y me estoy endureciendo con tanto dolor? Hay tanta desgracia que las heridas de han convertido en "callos"? 


Gracias Dios, gracias por hacer que mis pies pisen suelo, que me recuerde que: "Yuju... estás en la tierra..." Hay mucho por hacer...!


Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 27 de marzo de 2012

Me cansé de agradar a los demás...

Hice todo lo que pude. Ya no podía vivir así y decidí finalmente decir: "¡Basta ya!". Me cansé simplemente de intentar caerle bien a todos. Me he cansado de vivir procurando agradar a los demás por temor a no ser aceptado quizá. No lo sé, pero con todo el sentir de mi corazón decidí hacer un alto y dejar de vivir de ese modo.

Probablemente no entiendas lo que quiero decir, pero por varios meses intenté simpatizar a los demás. Y creo que cometí muchos errores en ese afán, pues cuanto más "cedía" más perdía el respeto. Vi claramente que cuando por ser aceptado renunciaba a mis metas y sueños simplemente cosechaba las miradas de superioridad hacia mí con palabras en silencio: "Eres débil y tengo poder sobre ti". Es algo complicado sin duda pero es así. 
Es que eso es lo que pasa cuando por querer agradar a los demás te "humillas" prácticamente, y eso a la verdad, cansa, lastima, decepciona y finalmente te sientes sin autoridad, sin respeto... como hace algunos días me sentía.

Me sentí así, hasta que llegué a una conclusión, no puedo agradar a todos. Hay gente que simplemente no compatibilizará contigo, y eso no quiere decir que seas un "desgraciado" sino que llanamente no podemos ser "santo de devoción" de todo el mundo. Así de simple. Pienso en estos momentos en el Señor Jesús, sí el Salvador del mundo... el que jamás le hizo nada a nadie pero aún así, no fue aceptado ni querido por todos. Aún sus mejores amigos le abandonaron en el momento más crucial de su vida. Entonces, si Jesús no fue "santo de devoción" de todos, ¿yo? mucho menos por supuesto.

Ahora, con esto no insinúo en absoluto el "que no te importe lo que los demás piensen de ti", para nada. Creo que debemos vivir bien, sin hacer ofender a los demás ni nada por el estilo, pero no con el afán de agradar a los demás... sino con el afán de vivir como Cristo quiere que vivamos "no haciendo a los demás lo que no quieres que te hagan" (Luc. 6:31).

Finalmente,  considero fielmente que si deseo agradar a los demás es utópico, no obstante puede ser más sencillo sino posible si busco agradar en primer lugar a Dios y como ya lo dijo Jesús "y todo lo demás será añadido" (Mt. 6:33). En otras palabras, si agrado a Dios como consecuencia natural agradaré a los demás (aunque no a todos por supuesto). Mi motivación debe ser entonces buscar una relación vertical óptima para que por producto fluido mi relación horizontal sea exitosa.

Gracias Dios por esta reflexión del alma. Gracias por enseñarme a buscarte a Ti en primer lugar.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

lunes, 26 de marzo de 2012

¿Haciendo leña del árbol caído?


Mi pequeña Génesis aprendió a caminar hace tres semanas. Fue un día realmente emocionante y esperado... y es que había cumplido un año y no caminaba aún. Aunque no quería aceptarlo, por momentos me preocupaba y me preguntaba si era normal que una niña de un año cumplido aún no camine. Uno de esos días de trabajo llegué a casa y mi amada esposa me dio la noticia, Génesis Valentina ya caminaba solita.

Ella tenía un año y  ocho días cuando esto sucedió. La abracé y besé mucho... mi pequeña Génesis no deseaba estar en brazos, ella quería estar caminando y caminando. No obstante, como se imaginarán, su caminar era tambaleante, requería siempre de la tutoría y el cuidado de papá y mamá... ella no lo pedía, pero lo necesitaba.

Confieso que todo ello era más que emocionante. Ver a mi querida Génesis caminando después de haberla tenido entre mis brazos tan pequeñita, era sin duda una alegría verla crecer... Todo era maravilloso hasta hoy. Ella agarró confianza al caminar que aceleró sus pasos más de lo acostumbrado y se cayó lastimándose así los labios. Ella lloró como no había llorado jamás... sus lágrimas caían entre sus tiernas mejillas y nosotros, sus padres tratábamos de consolarla. Finalmente se calmó, no fue tan grave dijimos.

Ahora, mientras escribo, ella está durmiendo. Pero ¿qué es lo que motiva a escribir esta reflexión del alma a este novato escritor? Una emoción grande de ver a mi Génesis crecer... y una lección de vida. 

Verán, la vida cristiana es como la de un bebé aprendiendo a caminar. Es emocionante, es muy hermoso... los cristianos somos como bebés que aprenden a caminar, deben ser cuidados y guiados por un padre. Pero los bebés se escapan, corren más de lo que deberían, intentan esconderse como jugando, y es allí cuando caen, se lastiman... pero siempre aparece el buen padre o la mamá para levantarles, acaricirales y protegerlos.

Saben, cuando mi querida Génesis se cayó... me desesperé al verla llorar. La miré a los ojos y le dije: "yo te dije que no corras, que camines despacio, ya ves, eso es lo que pasa...". Qué mal actué lo reconozco. Haciendo "leña del árbol caído"... Así somos los humanos, cuando alguien cae nos la pasamos diciendo: "yo te dije, tú sabías, te advertí...". Me preguntó, ¿qué pasaría si Dios nos dijera lo mismo? ¿qué pasaría si nos dijera: "yo te dije, te lo advertí..."? Afortunadamente Él es Dios, no es simple humano, es Dios y jamás dice como a veces mi esposa suele decir: "yo te dije". No sé ustedes pero personalmente no me hace feliz escuchar: "te lo dije, yo te dije, te advertí...".

Quisiera terminar esta reflexión del alma, agradeciendo a Dios por saber que tengo un Padre amoroso, un Padre que cuida mi caminar y aunque caiga y me lastime, Él jamás me recrimina ni me hace un "carga montón" como a veces los humanos hacen del "árbol caído". Si no que me ama, me socorre, me auxilia y me anima a seguir caminando...

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví





sábado, 24 de marzo de 2012

La Gran Esperanza...!!!




La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene es de por sí osada, de avanzada misionera, apasionada por la salvación de los perdidos. En cumplimiento de la misión encomendada por Dios, la IASD tiene una lema: Una casa, un libro... pues UN LIBRO EN CADA CASA Y NOS VAMOS A CASA...




Este desafío no es un mero capricho pasajero y superfluo, en definitiva es un sueño divino, un plan misionero del más alto nivel. Allá por 1848, cuando Elena G. de White recibiera la visión de imprimir un pequeño periódico que presente la Verdad Presente para que sea leída por la humanidad parecía tan utópico su realización. Hoy podemos ver claramente que no es así, somos testigos de que la IASD en Sudamérica, al menos, el Ministerio de Publicaciones está en su mayor apogeo, "este es el tiempo..."

El pueblo de Dios se dispuso HOY a esparcir el libro inspirado: EL GRAN CONFLICTO en su versión LA GRAN ESPERANZA para el 2012 como "hojas de otoño..."


La Biblia asevera categóricamente "Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria" (Apoc 18:1) y Elena G. de White declara al respecto "En gran medida, es por medio de nuestras publicaciones como debe cumplirse la obra de ese otro ángel que baja del cielo con gran potencia e ilumina la tierra" (Colportor Evangélico, pág. 4).


Pero, conscientes de que el mundo es muy especial y que el internet es casi un común denominador entre no pocos humanos, se presenta la página web CONFLICTO CÓSMICO para  descargar gratuitamente el libro CONFLICTO CÓSMICO y LA GRAN ESPERANZA, así también para poder descargar en MP3.
A continuación la web, que Dios los bendiga.


Dirección de la web: http://www.conflictocosmico.com






LA GRAN ESPERANZA


UN LIBRO EN CADA CASA Y NOS VAMOS A CASA... 

sábado, 17 de marzo de 2012

Lo que todos tenemos por igual, el tiempo

Hace algunos días descubrí que "el tiempo me falta". Hay momentos en las cuales quisiera tener más tiempo del que dispongo. Siento que las horas son muy cortas y hasta he pensado en que sería mejor si existiera un banco de tiempo.

Imagino un banco, BANCO INTERNACIONAL DEL TIEMPO. Un lugar donde se pueda pedir, así como cuando  falta el dinero, más tiempo. Y cuando me sobra el tiempo, así como el dinero, lo ahorre, y hasta haga préstamos y gane intereses. No sé, parece loco a lo mejor... de hecho, sin duda alguna.

Tengo que reconocer que cuando más tiempo necesito, más siento que me falta. Y cuando me sobra el tiempo, siento que no tengo nada para hacer. En definitiva, lo que en tiempo me falta o me sobra es indicador nada más y nada menos que mi errónea administración del tiempo. Lo repito, y con pena por cierto: Soy un mal administrador del tiempo.

He escuchado decir, que THE TIME IS MONEY "El tiempo es oro", creo que no. Creo que el tiempo es VIDA. Así como lo ve, el dinero es vida. Si hay algo que todos recibimos por igual de Dios, ese es el tiempo. Hemos recibido diferencias en color de piel, estatura, nacionalidad, etc., pero en cuanto a tiempo, todos recibimos 24 horas, nadie más, ni nadie menos. Ni Jesús cuando estuvo en la tierra por ser el hijo de Dios y Dios mismo tuvo más tiempo que nosotros... todos tenemos el mismo tiempo. La pregunta es, ¿Por qué algunos tienen tiempo para algunas cosas y otros simplemente no? ¿Por qué algunos pueden hacer mucho en pocos años y otros nada en toda la vida? Simple, por administración del tiempo.

El dinero entonces es vida, y no dinero.  Es vida porque tiene que ver con respiración, tiene que ver con circulación de sangre... tiene que ver con el don de Dios. Usted y yo no podríamos hacer nada o mucho sin la vida.

Ahora, si todos recibimos el mismo tiempo en horas, ¿por qué es que no siempre el tiempo es bien administrador por todos? Por algunas razones:

1. No todos entienden que el tiempo es un don de Dios.- El tiempo es vida, es un don, no es dinero. Y si no se entiende que el tiempo es un don de Dios entonces no lo tomarás como regalo, sino como algo simple y liviano. El tiempo es un regalo para administrarlo.

2. No todos entienden que el tiempo no se ahorra ni se aumenta.- No hay un banco de tiempo. O una fantástica máquina de tiempo. Algunos dicen, voy a ahorrar tiempo, falso. No se ahorra tiempo. Otros dicen, voy a pedir más tiempo, falso. No se puede pedir más tiempo. El tiempo corre, no se detiene, sigue su curso...!

3. No todo entienden que hay tiempo para todo.- Hay tiempo para todo, el mito de que "no tengo tiempo", "no me alcanza el tiempo" es simplemente una excusa sin base. Hay tiempo para todo. Si quiere. El sabio Salomón diría: "Todo tiene su tiempo" (Ecl. 3:1). Si se entendiera ese detalle, entonces no haríamos a destiempo algunas cosas. Lo puedes hacer, pero no siempre te va a ir bien.

4. No todos entienden que el tiempo debe empezar con Cristo.- Si crees que porque madrugas y trabajar como un "esclavo" vas a tener más dinero, estás mal. La Biblia dice, que no podrás por más que hagas lo que hagas  aumentar ni un centímetro más. Lo que sí dice es que si lo buscas a Él en primer lugar. Ojo, primer lugar,  entonces todo lo demás, "será añadido...".

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví



lunes, 6 de febrero de 2012

No soy pastor.... me dedico a ello


Él es exitoso... cuando predica cautiva a las masas. Jóvenes y niños que ya quisieran tenerlo como padre, y las esposas consideran dichosa a la esposa de este simpático y carismático predicador. Los otros predicadores lo imitan y admiran como si estuvieran viendo al mismo Jesús. Todo parece perfecto en su vida... es un predicador, un ministro completo, un pastor de pastores, un ejemplo como heraldo... un prototipo exacto de un pastorazo.

Ella está sentada en la primera final de la iglesia. Ella lo observa pasivamente y casi aburrida bosteza una y otra vez mientras la multitud es impactada por el mensaje de su esposo. Ella, parece perdida en el tiempo y el espacio... diría que a ella le importa un "pepino" lo que su esposo expone ante al multitud. Nadie nota este desaire a más... pues todos se concentran en él, el protagonista del show, el pastor, el predicador...

Ellos, son los hijos e hija, no tanto como la esposa, pero miran a su padre, no con aburrimiento sino como tratando de encontrar a alguien real en una figura mística o artística. Ellos conversan de vez en cuando a voz baja y miran como si buscaran explicación.

Ella y ellos, no miran como la multitud. Y es que ella y ellos, conocen al que cautiva multitudes. Ella y ellos saben quién es el admirado predicador cuando baja del escenario, del púlpito...

Hace algunos días, descubrí que soy un simple humano más. Llegué a pensar que soy un humano especial. No lo era. Soy tan simple, sencillo, vano... y descubrí que no soy un pastor, soy un hombre de nombre Heyssen J.  que dedica su vida al pastorado. No dejo de ser humano cuando soy pastor... esa es mi realidad, soy un humano trabajando como pastor...

No sé si logran entender este pensar loco probablemente para no pocos. Descubrí que soy simplemente un ser humano simple, que se dedica a ser pastor. No era un pastor humano, era todo lo contrario. 

Hace algunos años me contaron la historia que inicié contando. Me contó la hija de aquél afamado predicador, una hija que jamás tuvo a un pastor como padre sino a un hombre que se dedicaba a ser pastor. Y se dedicaba a ser pastor cuando ella muchas veces no lo necesitaba, y cuando ella más lo necesitaba jamás encontró a un pastor...

Les digo que yo descubrí que soy simplemente un humano más, pues descubrí que no soy pastor... Un día una feligrés me dijo: "pastor, alguna vez se ha sentido desanimado?" le dije que sí. Ella se sorprendió, pues en palabras suyas "los pastores no se desaniman...". 

Pero qué es lo que motiva a este escritor aprendiz a plasmar esta reflexión del alma? Simple, jamás pensé ni imaginé que igual que el famoso pastor y predicador (aunque sin gozar la fama) descubrí que en muchas ocasiones no soy pastor en mi casa, pastor para mis hijos, para mi esposa... soy pastor cuando ellos no lo necesitan (cuando estoy en la iglesia) y cuando ellos quisieran a un pastor (en casa) yo no estoy. Descubrí que mis sermones deben pasar por el visto bueno de mi familia antes que por el visto bueno de mi iglesia... Y es que mi familia me conoce, la iglesia muchas veces no.

Descubrí que si mi familia me mira como un pastor en mi casa, mi iglesia lo hará aún más. Descubrí que soy un simple hombre que se dedica a ser pastor.... pero esa dedicación,  que debiera ser en todo tiempo como diría Pablo, a "tiempo y fuera de tiempo" no lo es tristemente. Y como diría mi abuelita: "en casa de herrero cuchara de palo"... 

Gracias Dios, por hacerme ver mi error, por dirigir mi mente y corazón. Por llamarme la atención....

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 17 de enero de 2012

Conocí el camino...


A 17 días de un nuevo año no llego a comprender a plenitud varias de las cosas que acontecen en mi joven vida. Me pregunto constantemente qué es lo que Dios ha hecho conmigo... no logro entender cómo ni cuándo fue todo el génesis de esta peregrinación de fe.

Tenía probablemente nueve años cuando asistí por primera vez a una iglesia protestante... no sé en realidad cuál fue el motor de tal acción, lo único que recuerdo vagamente es que unos tíos convencieron a mi madre para que me dejen ir  a un culto protestante. No creo que haya sido un culto impactante, pues de lo contrario lo recordaría, puedo recordar sin embargo a un individuo en el púlpito diciendo que había estado muerto y ahora Dios lo había traído a la vida porque tenía una misión aún. Contó que vio una luz lejana y ella le conducía al paraíso pero que aún no era su hora... Debo confesar que a mis nueve años me pareció un estupidez garrafal tal testimonio loco... no podía creer cómo Dios era tan malo de "quitarle el helado a un niño" de esa forma. Es que en mi modo infantil de ver las cosas, si ese pobre cristiano estuvo en el cielo que es supuestamente un lugar de ensueño, y es todo perfecto, me parecía una maldad de las más grandes sacarlo al mundo sucio y desgraciado para vivir unos años más...en fin, pensé, soy un niño muy malo.

No volví más a un culto protestante hasta que a mi barrio llegó una familia de cristianos. No me importaban los demás, solo ella, una adolescente mayor que yo, ella tenía 17 y yo 15. Ella asistía a culto todos los domingos... y un día acepté ir a su iglesia (bueno, en realidad le pedí que me enseñara de la Biblia porque según yo quería aprender de Dios) y así fue cómo después de varios años me encontré con un culto protestante. Mi decepción fue tan dura... no por ella, sino por el tipo de culto que vi. Ese culto sí que impactó mi cuadrada mente. Una música de locos, era rock, cristiano, pero rock al final... unas danzas y movimientos al compás de la estrepitosa canción a Cristo supuestamente. No me gustó para nada, ya había asistido a una discoteca por lo que sabía que un culto con esa música era simplemente un evento similar a los de las discotecas modernas.

Pasaron un par de años para que un 11 de agosto del 1999 este joven y aprendiz escritor tuviera un sueño. Soñé que Cristo venía por segunda vez. Casi con claridad vi ese evento majestuoso y yo estaba allí, en medio de ese Gran Día. Entre tanta gente corriendo de acá para allá, escuché una voz que dijo: "busca a los tuyos", en realidad no escuché sino sentí esa voz. Lloré mucho en mi sueño, tanto así que desperté con lágrimas y yo que había permanecido indiferente a la voz de Dios por varios años, alimentado de marxismo, comunismo, pragmatismo... y que no creía en Dios y si lo hacía lo hacía con tanto temor, como si Dios fuese un Hitlter o un dictador despiadado, doblé mis rodillas a Dios y con llanto le dije: "Oh Dios, si existes, si realmente es cierto lo que se dice de Ti, muéstrame el camino, quiero encontrarte y jamás dejarte...". En la madrugada lluviosa dije esa oración y balbuceando una y otra vez la misma oración me quedé dormido. Al día siguiente al despertar mi primer pensamiento fue: "Quiero ir a una iglesia". Fui a la habitación de mi madre y le dije emocionado que me gustaría ir a una iglesia, ella se rió y me dijo que hay muchas y todas dicen que son las verdaderas... así que todas son iguales... Sin embargo, dijo ella: "Vamos a ir a una iglesia donde vi gente muy amable y tranquila". Le dije, que vayamos a ella. Fuimos el domingo y la encontramos cerrada. Nos dijeron que esa iglesia que está en el mismo centro de la ciudad de Pucallpa, solo abren en las mañanas, los domingos.

Así fue como llegué a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Un sábado 14 de agosto de 1999 y después mi vida no fue igual. 

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
 
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