El famoso político y pensador indio Mahatma Gandhi, dijo alguna vez: "Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego". No hay que pensar mucho para entender la profundidad del pensamiento. ¿Te imaginas qué ocurriría si todos actuaríamos a la defensiva? ¿Qué ocurriría si todos devolverían con la misma moneda el año que le han causado? No solo el mundo acabaría ciego, sino sordo, manco, etc. Pero no seamos muy apresurados en pensar y juzgar y tratemos de entender probablemente algo inentendible: ¿Es fácil perdonar? ¿Es justo quedarse de brazos cruzados y permitir que nos humillen y hagan infeliz nuestra vida? Ciertamente no. Nadie en su sano juicio debería permitir tal cosa. Una cosa es ser "mansos" y otra muy diferente es ser "mensos" (como dirían los mexicanos). Para entender mejor este detalle, es bueno recordar que hace más de dos mil años Jesús no aconsejó qué hacer.
Jesús dijo: "Habéis oído que se dijo: "OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE. Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mt.5:38,39). ¿Qué es lo que Jesús nos dice hoy? No nos está diciendo que si te pegan un golpe en la cara, le entregues la otra cara para que termine de sangrarte. No está diciendo si asesinan a tu hijo entrégale el otro que esta vivo para que también haga lo mismo con él. No. Lo que Jesús nos está diciendo es que no devolvamos mal por mal. Perdonemos. Y es que si analizamos nuestras vidas nos daremos cuenta que en menor o mayor grado, nosotros también somos la parte agresora. Debemos ser conscientes de que en algún momento hemos hecho daño a alguien, o a muchos. Nos gusta presentarnos generalmente como víctimas, cuando somos a veces los victimarios.
¿Yo no? ¿Es que yo no le hago mal a nadie? Si sigues con tus ojos completos y has ofendido sin embargo, perdona. Recuerda que Dios nos perdona si nosotros también lo hacemos. Que el orgullo y el rencór no acaben con tu vida. Que la venganza por un daño en tu vida no te impida a ser feliz. ¿Imaginas qué pasaría si Dios actuaría con nosotros con la ley del Talión? Sería un caos. Dios nos da el mayor ejemplo del amor. Nos ama, nos perdona y nos da una nueva oportunidad. Aferrémonos de esa maravillosa promesa de paz.
Heyssen. J. Cordero Maraví
¿Yo no? ¿Es que yo no le hago mal a nadie? Si sigues con tus ojos completos y has ofendido sin embargo, perdona. Recuerda que Dios nos perdona si nosotros también lo hacemos. Que el orgullo y el rencór no acaben con tu vida. Que la venganza por un daño en tu vida no te impida a ser feliz. ¿Imaginas qué pasaría si Dios actuaría con nosotros con la ley del Talión? Sería un caos. Dios nos da el mayor ejemplo del amor. Nos ama, nos perdona y nos da una nueva oportunidad. Aferrémonos de esa maravillosa promesa de paz.
Heyssen. J. Cordero Maraví
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