Trato de escribir todos los días. Es cierto, no publico todo lo que escribo, pero es como un hábito sencillamente relajante y maravilloso. Sin embargo, lo que no todos saben es que en mí, el escribir no es reciente. Yo escribo desde los catorce años de edad. Estaba en tercer año de secundaria cuando sentí el deseo de ser escritor.
Yo no era cristiano y por ese entonces mi profesor de Lenguaje y Comunicación nos animó a escribir una historia que sirva como guión de un drama por el día de la juventud, en septiembre. Así fue, llegué a casa y mientras tomaba mi cuaderno marca Loro y mi lapicero azúl marca Faber-Castell pensaba en qué podía escribir... hasta que decidí escribir sobre la vida de un vecino. Así que mi primera historia se tituló: "Triste navidad". Constaba de ocho páginas... mis amigos me dijeron que el profesor no había pedido un libro sino una pequeña historia. Después de una semana el profesor anunció que la historia para el drama se titularía: "Triste Navidad". Así empezó mi afición por escribir.
Los días siguientes quería ser como Mario Vargas Llosa, aunque debo confesar que por buen tiempo me reusé a leer sus libros porque no me simpatizaba como persona. No obstante, no tenía ideas para escribir. Fue así que un día mi mamá me dijo: "Escribe sobre ti mismo. Escribe un diario". Y esa voz fue oída y tomada en cuenta a través de acciones. Comencé a escribir mi diario... a veces lo dejaba por semanas, lo retomaba... Hubo un tiempo en que escribía poemas, canciones (nada cristianos por supuesto) con la esperanza de que algún día puedan ser famosos. Jamás, ninguno de ellos fueron conocidos más que por mis hermanos, que coreaban mis canciones con letra y música (hasta ahora los conservo y de vez en cuando las entono en la soledad de mi escritorio).
Cuando conocí a Jesús, mis diarios empezaron a cambiar de dirección. Antes escribía a la nada. Hoy mis diarios eran escritos hacia Jesús... y allí viene mi primera idea literaria: Escribir un libro titulado: "Cartas para un amigo". No la termino aún. He decidido cortarlo por etapas. Después, cuando fui colportor y estudiante de teología escribí mis primeros sermones, varios de los cuales publiqué en sermonarios del campo donde trabajé. En mi etapa de estudiante, escribí dos libros que jamás publiqué: "Gabriel, un tipo de joven cristiano" y "Señor, enséñanos a orar". Ya en el ministerio escribí: "A imagen y semejanza de Jesús", "Decisiones...", "Teología de la adoración", "A los pastores de Grupos Pequeños, "Predicando en un bus", "Reflexiones de un joven pastor", "Mensajes de Esperanza (Matutina)", y otros que están en proceso. Sí, sí, como sabes, jamás has oído de esos títulos o libros de mi autoría. La razón: Temor. Por varios años tuve miedo a publicar y a ser presa de las críticas. Pero una de las personas que me motivaron directa e indirectamente a escribir es sin duda el Dr. Miguel Ángel Núñez que entre varias cosas me dijo: "La gente siempre tira piedras a los árboles que dan frutos". Ciertamente, en mayo-junio del 2010, la revista Ministerio Adventista publicó mi artículo: "Culto aceptable" en español y portugués. Casi me muero de la emoción.
Yo había escrito para una revista de la Universidad Peruana Unión, Berit Olam varios artículos en mi época de estudiante, pero escribir para la revista Ministerio Adventista era un sueño hecho realidad. Después publicaron otro artículo en la Revista Adventista el año 2012, y éste año pasado 2013 se publicaron dos artículos míos en la Revista Ministerio (en marzo-abril ) en español y portugués. Ah, también publiqué un artículo en la Revista Estrategias de la Universidad Peruana Unión. Y bueno, algunos otros en revistas y blogs menos conocidos. He escrito algunos artículos en revistas y académicas, manuales, sermoneros y folletos de evangelismo. Diría que hace años empecé una aventura fascinante que disfruto cada día, el escribir.
Escribo éstas líneas no con el afán de vanagloria, sino con la intensión de agradecer a Dios por darme la oportunidad fascinante de escribir, y escribir de su amor y su verdad. No tengo temor de escribir. Sé que mis escritos pueden ayudar a alguna persona que necesita. Constantemente recibo correos de pastores, jóvenes, hermanos adventistas y no adventistas que me saludan, felicitan y a veces critican. Pero es parte del oficio. Sin duda, estoy aprendiendo a escribir todos los días. Y sí, me gustaría publicar esos libros que aguardan ser publicados. Son varios. No tengo miedo publicarlos, ya vencí el miedo en cristo... ahora solo es cuestión de tiempo y de recursos para que salgan a la luz.
No tengas miedo a escribir y a publicar. Hay gente que espera leer algo nuevo, o lo mismo de diferente forma. No lo olvides.
Dios te bendiga.
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
No hay comentarios:
Publicar un comentario