Llevo 14 años en la de adventista y desde aquél día, tuve una nueva familia, la familia adventista, por eso nos llamamos: "hermanos". En todo el Perú y el mundo, encontraremos a personas que esperan a Jesús por segunda vez, que estudian la Escuela Sabática, y predican a Jesús mientras tanto.
Estuve 10 días entre hermanos latinos de la Iglesia Adventista en Chicago, USA. No imaginé cuán grande y amorosa es la hermandad lejos de las fronteras peruanas. Es cierto, he estado en algunos otros lugares fuera del Perú, y el amor fraternal es el mismo, pero este viaje fue del todo especial.
En primer lugar, agradezco a Dios, a la Iglesia y a mi familia de sangre por este privilegio enorme. A continuación algunas líneas para expresar lo siguiente:
Estuve predicando en la Iglesia central hispana de Chicago y pasé toda una semana aprendiendo al lado del Pr. Luis Eguiluz. Fue realmente una inspiración acompañarlo en sus visitas y trabajo. Misionero al 100%, visionario, luchador y de mucho buen humor. Gracias a su esposa también.
A la familia Solano, a David B. Solano y a Clarisa Ruiz por una atención y gran hospitalidad. Fueron una bendición.
A los líderes de la Iglesia de Chicago, a sus ancianos, diáconos, tesorero y secretario, así como a las demás familias puertorriqueñas, guatemaltecas, dominicanas, mexicanas, ecuatorianas y por supuesto, a las familias peruanas. No los nombro pues son muchos. Ustedes saben quiénes son. Los aprecio mucho.
Finalmente, mi gratitud a los amigos que cada noche nos acompañaron, y que decidieron prepararse para el siguiente bautismos, así también quienes fueron bautizados el sábado pasado. Fue emocionante.
No olviden que este mundo no es nuestro hogar, salimos de Egipto y nos vamos Canaán.
Dios los bendiga!!!
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