Tenía solo 18 años cuando la invité a salir por primera vez. Confieso que no me fue fácil. Éramos muy amigos, disfrutaba mucho conversar con ella. Podía conversar largas horas sin importarme el tiempo. Sus ojos negros, pestañas enormes y cejas bien pobladas me encantaban desde esos tiempos (hasta hoy...). No sé de dónde saqué fuerzas para finalmente decirle: "Charly, te gustaría salir a pasear y tomar helados?" (qué cursi me parece ahora, no se me ocurrió invitarle otra cosa... no lo sé). Me miró sorprendida, desvió después su mirada hacia el suelo para decirme que sí. Era un 01 de noviembre del 2003, un día para no olvidar.
Fuimos a una pizzería (que ya no existe en la actualidad...) y disfrutamos de una vegetariana (para variar, reforma pro salud...). La verdad no sentí sabor, estaba tan nervioso, ese era el día, y trataba de recordar todo lo que había ensayado por varios meses. Ella parecía tan normal, tranquila. Tenía que estarlo, no esperaba nada de nada. Conversábamos sobre la iglesia, el grupo pequeño de jóvenes, la campaña evangelística que la iglesia estaba planificando... No aguanté más y a boca de jarro dije: "Charly, siempre conversamos de estos temas y es algo que me encanta de nuestra amistad... admiro tu dedicación a las cosas de Dios... pero, por hoy, solo por esta vez me gustaría hablar de ti, de mí, de nosotros...". Ella sonrió y con voz dulce únicamente atinó a decir: "como gustes..." (era mi oportunidad... en serio no había otra... pensé).
Yo había decidido viajar a Tocache, Perú a colportar con el fin de estudiar teología en la Universidad Adventista, así que no había tiempo para postergar la declaración de mi amor. Claro, dedo confesar que había un gran temor por las consecuencias de esa "locura de amor". Pensaba que si ella no sentía nada por mí simplemente yo causaría la ruptura de una linda amistad, y si eso pasaba, yo tenía un plan: Le diría que todo fue broma y que no era cierto lo que había dicho sobre mis sentimientos (esa fue el sabio consejos de mi amigo Simón). Por otro lado, lo que yo deseaba era simple, deseaba que ella conozca sobre mis sentimientos. Total, yo iba a viajar y muchos dicen, decían y seguirán diciendo que, "amor de lejos" no es bueno ni nasa saludable.
Cuando mis labios duros y mi lengua acalambrada en combinación con mis cuerdas vocales emitieron mi corta y confusa declaración de amor juvenil ella, sonrió y me dijo que ella sentía lo mismo, y que ella había orado a Dios para que antes de mi viaje yo sepa lo que ella también sentía por mi. Al escucharla, sentí claramente que Dios había tenido en sus planes este sentimiento en mi corazón. Nos quedamos si hablar durante algunos minutos (unos 20...). Pagué la cuenta y salimos con dirección a la Plaza Central de la ciudad, nadie habló nada hasta que le dije: "Charly, yo iré a colportar a Tocache, y según me vaya viajaré a la capital, a Lima a estudiar teología por cinco largos años, no sé qué será de mi vida... pero te pregunto si quisieras ser mi novia y casarte conmigo en cuanto termine mi carrera, esto es en enero del 2009?"
Ella me miró fijamente a los ojos, y me dijo con tierna voz: "Es probable que esté a punto de cometer una locura, pero creo que con Cristo como centro de nuestra amistad y relación... será posible, y creo que Dios tiene planes hermosos para tu vida y la mía. Estoy segura de que nos casaremos en enero del 2009...".
Viajé a colportar el 29 de noviembre del 2003, y posteriormente a estudiar teología el 26 de febrero del 2004 sin poder darle ni un solo beso. Éramos amigos especiales, había acordado en que si alguno de nosotros durante este tiempo sentía que no crecía el amor cada día y que probablemente conocíamos a otra persona, debíamos ser sinceros y honestos y simplemente hablar para no seguir con la relación...
Pasé casi cinco años en la universidad entre estudios y labores como colportor estudiante en los veranos e inviernos, y la verdad, conocí a muchas señoritas muy cristianas y lindas, pero mi corazón perteneció siempre a mi amada Charly, mi dulce inspiración terrenal... Terminé mis estudios en noviembre del 2008 y el 04 de diciembre de ese mismo año, fui graduado como bachiller en teología... Fui llamado a servir a Dios como pastor distrital en Tocache (de manera extraordinaria en mi primer campo de colportaje)... y tal como habíamos prometido hace cinco años, tres meses y 7 días... Charly y yo nos casamos... ante Dios prometimos amarnos hasta que la muerte nos separe...
Actualmente, sirvo como pastor en Pucallpa, la ciudad natal de mi esposa y la tierra que me alojó cuando a mis 10 años mis padres y yo vinimos desde la sierra peruana... soy padre de una niña y seré nuevamente padre de un nuevo ser... todo esto al lado de mi amada Charly... !Qué maravilloso es Dios! !Cuánto amor y misericordia tuvo conmigo...!
Ahora estoy más que convencido de que Dios cumplirá su promesa en cada uno de sus hijos, pues somos obra de sus mano y Él nos ama... (Salmo 138:8). Gracias Dios porque Charly y yo nos casamos como un día prometimos poniendo a tu nombre como testigo de nuestro amor...
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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