Cuando era niño viajaba imaginariamente en el tiempo y el espacio. En mi escape mental alucinaba con mucha ligereza. Me creía un soldado de las fuerzas armadas de mi país al estilo "Rambo" y un luchador como Jean-Claude Van Damme, demás de ello, creía tontamente (como la mayoría de niños con padres un poquito mentirosos) en Papa Noel, Los Vampiros, Los fantasmas, Los duendes y en cuanto a ciencia y ficción creía en las "máquinas de tiempo".
Recuerdo que con frecuencia imaginaba ingresando a la máquina de tiempo y volviendo al pasado... pero como era un niño, no tenía interés en volver a mi minúsculo y nada interesante pasado, muy por el contrario, imaginaba ir al futuro... En una ocasión viajé al año 2010, según yo, en ese tiempo Heyssen J. tendría unos 25 años, soltero y con una novia parecida a la actriz de Hollywood, Salma Hayek. Debo confesar que en mis planes mentales de niño loco jamás fue ser padre antes de los 30. Es más, tampoco, esposo, imaginaba ser un profesional sin hijos ni esposa... el matrimonio no era tema de mi imaginación...
Loco niño soñador e imaginativo, nada de lo que un día imaginé hoy es real. Han pasado casi dos años desde el año 2010, y a decir verdad, sí que es muy diferenciado lo imaginado de niño. Hoy, estoy casado, con una esposa linda y hermosa, soy padre de una niña y seré padre por segunda vez. Como verán, soy tan distinto a lo que un día imaginé lócamente...
No soy un soldado al estilo "Rambo", no he servido a "mi patria" (como se estila decir al Servicio Militar en el Perú), no sé pelear como "Jean-Claude Van Damme", es más, ni siquiera sé pelear (no se lo digan a nadie), además, no estoy casada con una mujer como Salma Hayek (aunque se parecen un poco por su color de cabello, sus cejas pobladas y labios lindos... ah, también la talla, pues no es muy alta)...
Sin embargo, alguno podrá decir, mientras lee éstas líneas: "y qué de importante tiene todo esto", no lo sé, lo único que sé es que no siempre las cosas se dan como uno se imagina... osea, la realidad es muy distinta a los sueños.
Seré padre por segunda vez. No imaginé en mi más remotos sueños ser padre de dos seres vivientes tan pronto. No me estoy quejando, al contrario, me sorprendo de lo grande y maravilloso que es Dios. El que hace de mi vida un vida tan emocionante...
Debo confesar, en honor a la verdad, que mis sueños e imaginaciones infantiles eran producto de una vida sin el menor conocimiento de Cristo. Con una mentalidad serrana, machista y nada cristiana, creía que esa era felicidad, el poder, la fuerza, la fama, etc... Cuando conocí a Cristo, toda fama que algún día anhelé, todo dinero que algún día deseé no tenían ya el valor suficiente como ahora tenía el ser un misionero de Dios.
No soy un soldado de mi país, LO SOY DE CRISTO, no soy un luchador famoso, SOY UN LUCHADOR DE CRISTO (no con fuerza, ni con espada sino con el poder del Espíritu Santo), estoy casado con una mujer maravillosa, ella es Charly Marna, la mujer más linda y más extraordinaria que hace de mi vida una vida más feliz... No soy un pobre hombre sin hijos, soy UN RICO HOMBRE DE DIOS CON UNA HIJA y uno en camino (o una si es niña... Amén).
No soy un soldado al estilo "Rambo", no he servido a "mi patria" (como se estila decir al Servicio Militar en el Perú), no sé pelear como "Jean-Claude Van Damme", es más, ni siquiera sé pelear (no se lo digan a nadie), además, no estoy casada con una mujer como Salma Hayek (aunque se parecen un poco por su color de cabello, sus cejas pobladas y labios lindos... ah, también la talla, pues no es muy alta)...
Sin embargo, alguno podrá decir, mientras lee éstas líneas: "y qué de importante tiene todo esto", no lo sé, lo único que sé es que no siempre las cosas se dan como uno se imagina... osea, la realidad es muy distinta a los sueños.
Seré padre por segunda vez. No imaginé en mi más remotos sueños ser padre de dos seres vivientes tan pronto. No me estoy quejando, al contrario, me sorprendo de lo grande y maravilloso que es Dios. El que hace de mi vida un vida tan emocionante...
Debo confesar, en honor a la verdad, que mis sueños e imaginaciones infantiles eran producto de una vida sin el menor conocimiento de Cristo. Con una mentalidad serrana, machista y nada cristiana, creía que esa era felicidad, el poder, la fuerza, la fama, etc... Cuando conocí a Cristo, toda fama que algún día anhelé, todo dinero que algún día deseé no tenían ya el valor suficiente como ahora tenía el ser un misionero de Dios.
No soy un soldado de mi país, LO SOY DE CRISTO, no soy un luchador famoso, SOY UN LUCHADOR DE CRISTO (no con fuerza, ni con espada sino con el poder del Espíritu Santo), estoy casado con una mujer maravillosa, ella es Charly Marna, la mujer más linda y más extraordinaria que hace de mi vida una vida más feliz... No soy un pobre hombre sin hijos, soy UN RICO HOMBRE DE DIOS CON UNA HIJA y uno en camino (o una si es niña... Amén).
Siempre digo que si mi vida es como hoy es, es simple y llanamente por Cristo... por su poder y misericordia... Gracias Dios. Eres lo máximo...!!!
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
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